La llegada de la Navidad y el cierre del año, si bien implica un momento festivo, también pueden representar un periodo de gran estrés, ya que, este tiempo suele estar marcado por compromisos sociales, evaluaciones personales y laborales, así como cambios en las rutinas diarias que generan tensión y ansiedad.
El agotamiento mental y físico típico de esta época puede dificultar que muchas personas disfruten plenamente de las fiestas.
Entre las principales causas de agotamiento mental de diciembre se destacan la presión por cumplir metas, las exigencias laborales y personales, y la reflexión sobre los logros y fracasos del año.
La acumulación de estas emociones puede desgastar tanto la mente como el cuerpo, afectando significativamente la calidad de vida de las personas en este periodo.
La presión por “cerrar el año con éxito” es uno de los factores más desgastantes en una sociedad altamente competitiva. Las metas no cumplidas pueden provocar sentimientos de frustración, desvalorización y disminución de la autoestima.
Esta autoexigencia, alimentada por el entorno, genera pensamientos negativos que invaden la mente y afectan la autoconfianza. Es un ciclo que agota emocional y psicológicamente, disminuyendo la capacidad de apreciar los logros alcanzados y creando un enfoque desmedido en lo que quedó pendiente, lo que incrementa aún más la sensación de insatisfacción y cansancio.
“Las señales de alerta de agotamiento mental y físico son claras y no deben ignorarse. Entre los síntomas psicológicos destacan la fatiga emocional, la irritabilidad, ansiedad, depresión, dificultad para concentrarse y pérdida de motivación”, señala la Lic. Liliana Acuña, psicóloga de Boreal Salud (M.P.4.379).
La especialista añadió: “En el ámbito físico, se manifiestan dolores de cabeza, problemas de sueño, tensión muscular, dificultades digestivas, cambios en la piel y fatiga generalizada. Estas señales, indican la necesidad de tomar medidas para evitar que el estrés y la ansiedad se conviertan en problemas más graves que impacten la salud general de las personas”.
En este contexto, para prevenir el agotamiento psicológico y mental en esta época, se recomiendan las siguientes medidas:
1. Practicar técnicas de relajación como meditación o yoga.
2. Gestionar el estrés mediante planificación y organización.
3. Dedicar tiempo al autocuidado con actividades placenteras.
4. Establecer límites claros en las relaciones y compromisos.
5. Desarrollar resiliencia con apoyo social y gratitud.
6. Reevaluar pensamientos negativos para reducir la ansiedad.
7. Buscar apoyo familiar, social o profesional.
8. Mantener hábitos saludables como buena alimentación y ejercicio.
9. Priorizar el descanso adecuado y reparador.
10. Practicar la autocompasión y ser menos crítico consigo mismo.
El agotamiento mental afecta la capacidad de disfrutar las festividades, transformando momentos de celebración en episodios de tristeza, desolación y angustia.
La presión social y la sobrecarga emocional dificultan que las personas encuentren alegría en las reuniones familiares y actividades propias de la temporada.
Este estado limita la conexión con los demás y con uno mismo, disminuyendo el significado positivo que deberían tener estas fechas en la vida de cada individuo.
En este contexto, los profesionales de la salud mental desempeñan un papel crucial en la prevención y tratamiento del cansancio emocional.
“La psicoterapia es una herramienta poderosa para desarrollar habilidades de afrontamiento, establecer límites saludables y promover la autocompasión. Además, los expertos ayudan a manejar el estrés y la ansiedad, brindando apoyo emocional y fomentando un equilibrio en las relaciones laborales y personales. Su intervención no solo alivia los síntomas, sino que también prepara a las personas para enfrentar este periodo con mayor fortaleza y bienestar emocional”, concluyó.
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