JUEVES 26 de Diciembre de 2024
 
 
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Diferencias peligrosas...

Era un secreto a voces que las relaciones institucionales entre los integrantes de la fórmula presidencial no transitaban carriles de entendimiento, más allá de los diferentes posicionamientos que tanto Javier Milei como la vicepresidenta Victoria Villarruel mantienen.

Claros encolumnamientos políticos volcados a ideologías que tienen poco en común, resulta difícil entender cómo pudieron acordar para alcanzar la disputa del poder político.

Esta circunstancia nos remontó a las marcadas discrepancias que provocaron la ruptura del presidente radical Fernando de la Rúa y su vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez.

El clima de belicosidad en aquella oportunidad llegó al máximo clímax que fue la resultante de una renuncia que preanunció la caída irreversible de un gobierno que ya venía con poco sustento, muchos errores y que, sin respaldo, estaba atado con “lana” y el final llegó y el helicóptero se llevó una esperanza democrática.

Hoy las circunstancias de los desacuerdos es muy notoria, entre el titular del Ejecutivo y la presidenta del Senado de la Nación y hacen pensar que, pese a los esfuerzos por disimularlas y buscarle explicaciones más o menos cordiales y respetuosas, las recientes declaraciones del libertario Milei, dejaron expuesto que Villarruel -para el gobierno- es un “comodín”.

Y no es un tratamiento peyorativo, en tanto se refirió a la ausencia de toda injerencia en el Estado de la vicepresidenta. Ausencia en reuniones de gabinete, alejamiento total de la Casa Rosada y un frío trato protocolar con la presidencia, serían los síntomas de una fractura cuyas consecuencias -hoy- serían difíciles de mensurar.

Sabido es que, por más que Milei busque palabras y frases que disimulen el enfrentamiento, la grieta es demasiado grande y profunda para que pueda alcanzar resultados positivos; situación que agrava la debilidad real que el libertario muestra a nivel del Poder Legislativo.

En razón de estas alternativas es que el “triángulo del poder” pergeña estrategias, muchas de las cuales o son ignoradas o intencionadamente las dejan pasar, para poder negociar intereses partidarios y sectoriales, por caso parte de algunos díscolos de LLA y otros “amarillos”, que no dieron quórum en la sesión de diputados.

Van armando escenarios con diversos contenidos, generalmente todos entrañan conflictos, ámbitos en los cuales mejor se mueven tanto Javier Milei como su asesor estrella, Santiago Caputo.

Lo concreto es que no puede ser ignorado que el presidente y sus “negociadores” que siguen sus indicaciones, están, por un lado, apretando gobernadores y, por otro, debilitando posiciones como las de “Ficha Limpia” para tener enfrente un oponente que, muestra condenas y hoy no evidencia ser el mejor candidato para pelearle autoridad política, nos referimos a Cristina Fernández de Kirchner.

Aunque los “sabios políticos”, dicen “nunca se debe minimizar ni subestimar, porque los oponentes chicos en política no existen”...

La prueba fehaciente fue la jugada realizada por el expresidente Mauricio Macri, quien buscando rivales débiles eligió a la expresidenta, ya al borde de desahucio, y la encumbró a tal punto que terminó ganándole las elecciones.

Ante todo veamos la realidad. Lo demás es un buen relato...

No se dan hoy las mismas particularidades, porque quienes eligieron el cambio son un alto porcentaje de la sociedad, y quienes pese a estar sufriendo en carne propia, ajustes, desempleo, pobreza, indigencia, recortes en sus ingresos entre otras dificultades, han decidido no retroceder y seguir avanzando en busca del futuro.

Pero la denominada “luna de miel” presidencial, ya la más extensa que los argentinos han permitido a otros gobiernos, tiene posibilidades reales de comenzar a desgastarse y mucho más aceleradamente si la fortaleza interna se resiente al punto de restarle apoyos que hoy, Javier Milei, está necesitando para concretar sus planes de Desregulación y Transformación del Estado.

En este marco corresponde reconocer que: pueden o no gustar las formas que pone en práctica el presidente libertario, pero avanza -nunca retrocede- y gana posiciones que en un principio parecían serían inalcanzables para el gobierno liberal-anarcocapitalista de Milei.

Sin lugar a dudas que es escaso el tiempo cumplido del gobierno. Restan aún tres años durante los cuales deberá enfrentar serios desafíos, sociales, económicos, financieros, las relaciones internacionales, el comercio interno y externo, mientras defiende sus paradigmas gubernamentales: Superávit Fiscal y Déficit Cero, sumado a la restricción de emisión de moneda, acotada a los respaldos que requiera.

Todo esto, y presumiblemente muchos otros escenarios difíciles de sortear, indica que debería sobrellevarlo con fuerzas internas fortalecidas, unidas y sin grietas que pongan en riesgo las planificaciones elaboradas para el 2025 y 2027.

El objetivo, ambicioso, no puede prescindir de la estructura Legislativa en donde la vicepresidenta juega un papel preponderante.

Por ahora, se mantienen las diferencias. El futuro y las necesidades pueden revertirlas. Todo está dentro del manejo político.

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