LUNES 31 de Marzo de 2025
 
 
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El proceso de las dudas...

La duda obsesiva compulsiva es un trastorno compulsivo mental que se inicia en forma de duda a través de una necesidad constante de comprobación.

Dudar en sí es bueno, porque nos ayuda y nos permite plantear las acciones del presente y del futuro, o nos ayuda a pensar en lo que hemos hecho en el pasado, será positivo. La duda concreta, esa que nos preocupa constantemente porque desconocemos el futuro, es aquello que está atormentando a un importante sector de la sociedad argentina.

Hoy, sin miedo a equivocarnos, un porcentaje muy alto de la ciudadanía está dudando de todo. Escucha diferentes versiones sobre un mismo tema. Observa las ideas y los retrocesos de la clase política que está abocada a revalidar poder, sin interesarle demasiado qué le está sucediendo a la comunidad y mucho menos qué piensan los que fueron sus votantes.

El presidente Javier Milei se mostró en sus inicios como el transformador de un sistema de vida que progresivamente se deterioraba y provocaba que aumentaran considerablemente los segmentos sociales de pobreza e indigencia.

Pero esa impresión se fue desvaneciendo y al año y meses de gobierno ha comenzado a caer mucho más de lo que era esperable. Anuncios como la baja del índice inflacionario ya no resultan tan halagüeños, sobre todo porque en el bolsillo del trabajador cada vez hay menos poder adquisitivo.

Que gritan alborozados que hay Superávit Fiscal, resulta magnificado para la macroeconomía que nos coloca en el mundo emergente en ascenso, pero no llega a los 46 millones de habitantes.

Déficit Cero, marca un logro, pero hoy los “contras” -llamados “econochantas” por el presidente libertario-, dicen que no podrá sostenerlo y que la caída devaluatoria es un suceso imposible de parar antes o después que el organismo internacional de crédito (FMI) tire el salvavidas de plomo con el cual pareciera se lograrán todos los objetivos libertarios.

Incertidumbre, inestabilidad emocional que afecta a gran parte de la sociedad que se siente vulnerada y ve en riesgo las seguridad familiar, ante un escenario en donde el desempleo crece, los sectores productivos se achican buscando enfrentar responsabilidades económicas.

Una industria que, dadas las recientes medidas arancelarias que dispuso el Ministerio de Economía, queda colocada fuera del mercado. En síntesis, un panorama que se muestra desolador a futuro. 

El país se mueve en un ámbito de dudas constantes. Se hacen anuncios de diferente naturaleza, que posteriormente se van desnaturalizando hasta perder identidad y se supone fueron parte de estrategias que se elaboran para mantener expectativas en la sociedad.

Ayer ha sido un día realmente difícil a nivel financiero, las dudas sobre el acuerdo con el FMI aumentan, no porque no haya realidad en las reuniones mantenidas, sino porque no se han dado a conocer los términos del acuerdo y nadie ignora que el organismo de préstamo siempre tiene un “as” en la manga para no perder inversiones que realiza.

Si a estas dudas y confusión existentes le sumamos el tema de los entredichos políticos de los sectores que hoy están sobre el escenario nacional, nadie tiene la seguridad que aquello que se escucha, las evaluaciones de los consultores y analistas políticos, solo hacen conjeturas que les indican sus propias lógicas profesionales, pero denotan una absoluta falta de certeza en aquello que puede ocurrir hacia adelante.

Javier Milei sigue haciendo su juego y acompañado por los integrantes del “triángulo de hierro” y un mínimo de funcionarios que lo rodean, mantienen planes que hacen y deshacen de acuerdo a las contingencias que se les van presentando.

De todas maneras, todos los escenarios que tiene armado el presidente libertario están débiles y resultan inconsistentes en lo que se refiere a la formulación de sus planes.

La realidad está siendo muy golpeada y el desencanto ha comenzado a generarse, extendiéndose a niveles de rechazo por la gestión de Milei, situación que hasta ahora no se había producido.

El modelo imaginado por el presidente Javier Milei y sus cercanos colaboradores no está dando los resultados esperados y tras un año y meses de gobierno ha comenzado a mostrar sus errores, debilidades y preanuncia un desenlace frustrante.

El tiempo pasa y como dice el viejo refrán: “El pan sigue sin cocinarse”. La economía flaquea, más allá del superávit fiscal y déficit cero. La microeconomía sacude el tejido social con menos respaldo y las expresiones populares pudieron observarse en la marcha de días pasados.

Estamos en las puertas de paros, que se generalizarán si el cambio prometido no comienza a materializarse.

Milei mira hacia el cielo, pareciera que las “Fuerzas del cielo” se tomaron vacaciones. O tal vez: Dejaron de creer en el líder liberal. 
 

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