MIÉRCOLES 29 de Enero de 2025
 
 
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La agresión como herramienta política...

Lo hemos mencionado en varias entregas, que la llegada casual de un personaje de la farándula a la presidencia de la Nación, lugar que ni él mismo pensaba podría lograr, suponía que se traduciría en un cambio: del insultador serial de los programas chimenteros, a ser el titular de la primera Magistratura del país.

Uno podría haber supuesto que esas apariciones disruptivas, con un sesgo de agresividad constante para quienes pretendían pensar diferente o contradecir sus posturas, en especial las económicas, eran actitudes que dentro de un personaje le otorgaban al programa buen rating.

Hay que reconocer que no era un papel, ni una actuación, mostraba una persona diferente, en cuya estructura mental no figura la palabra fracaso, dolor, sentimiento hacia el otro -a excepción del que muestra por su hermana Karina-. 

La derrota no existe sino que la ha transformado en una forma diferente de establecer parámetros sobre distintos temas, sociales, económicos, financieros y la necesidad de imponer plenamente la vigencia de un libre mercado -aún siendo un país emergente-. Las consecuencias son para quienes no saben enfrentar el cambio.

La realidad nos impone de una nueva forma de vida. Ni mejor ni peor: distinta. En esta estructura montada en los paradigmas de fundamentos políticos basados en el extremo liberalismo con reformulaciones planteadas por el anarcocapitalismo, su ejecutor Javier Milei va poniendo en práctica y desarrollando los contenidos más extremos del totalitarismo gubernamental.

Echar determinada cantidad de empleados públicos, en razón de la aplicación de las Regulaciones del Estado y en aras de la construcción de un novedoso -para Argentina- hito Democrático, en cual se produce la desaparición del Estado paternalista, protector, regulador de las normas vivenciales de su sociedad, para convertirse en un mero organismo sujeto al manejo de la macroeconomía, relaciones comerciales en condiciones de la absoluta libertad de mercado; es la característica más sobresaliente del gobierno mileiano.

A esta altura podemos decir que la sociedad, o una gran parte de ella, tiene coincidencias que están sosteniendo los quebrantos que se producen por la ejecución de las normativas que, pergeñadas por el ministro Federico Sturzenegger, está llevando al terreno de los hechos el “triángulo de hierro”, que junto al presidente integran su hermana Karina, actual Secretaria General de Presidencia, y el asesor estrella, discípulo del ecuatoriano Jaime Durán Barba, Santiago Caputo.

En este marco confuso, con grandes baches y mucha incertidumbre por el futuro, la agresividad aumenta exponencialmente. 

Ahora la figura apuntada por el “fuego amigo” es la vicepresidenta y titular del Senado de la Nación Victoria Villarruel. Las diferencias operativas son notorias y son de todo el entorno del gobierno de Milei. 

Es constante la búsqueda de una reacción de la vicepresidenta, quien las facilita en las puesta en marcha de estrategias emprendidas buscando revitalizar su poder y tener más injerencias en los asuntos del Estado Nacional.

Hasta ahora sus esfuerzos parecieran ser un constante fracaso.

El año se inició con tensiones políticas internas, severas las que se verán reflejadas claramente a comienzos del mes de marzo. Los enfrentamientos parecieran seguir un camino de difícil retorno. El poder atomizador de las acciones emprendidas por Javier Milei le han dado óptimos resultados y facilitan la conformación de un partido con representación nacional y poder político en cada Estado provincial a La Libertad Avanza.

Siempre desarrollando el proceso disruptivo y amigo-enemigo como herramientas que le permitan arribar a sus objetivos, que hoy son generar un número de legisladores suficientes en las elecciones de medio término y tener expedito el tránsito hacia la reelección en el 2027.

Las “bombas” están con mecha muy corta y las desavenencias internas de los sectores opositores dialoguistas como el PRO, radicalismo y desprendimientos del peronismo, miran con “buenos ojos” el cambio de “camiseta”.

De todo este movimiento nada se hace en buenos términos, los resultados habrá que esperarlos, dado que esas mismas intenciones se están materializando en las provincias, en las cuales ya se está hablando de conformar “frentes y coaliciones” que les permitan ser gobierno a futuro.

De estos escenarios uno resultaría -creemos- el más preocupante, Victoria Villarruel, vicepresidenta y presidente del Senado, muestra cierto hastío por los ataques que está sufriendo de parte de los equipos de trolls gubernamentales y legisladores “más picantes” y agresivos que intentan emular a su jefe. 

Aún recordamos -en otras circunstancias- que deberán tenerse en cuenta el profundo daño que el alejamiento de la vicepresidencia de Carlos “Chacho” Alvarez le provocó al entonces presidente Fernando de la Rúa. 

Claramente fue una desestabilización institucional, con un resultado catastrófico.

Son llamados de atención, que no deberían se descartados. Detrás de la integrante de la fórmula presidencial, hay fuerzas políticas que por ahora están quietas y nadie hace referencia a su poder. No fue al azar que fuera la elegida por Javier y Karina para conformar la dupla.

En síntesis, recién se han comenzado a mover las piezas en el tablero político del 2025. Javier Milei apura su fortalecimiento internacional, para eso viajará a la asunción de Trump y luego a Davos. 

Jugar fuerte y violento hasta ahora ha dado resultados, pero no es una estrategia que se prolongue en el tiempo. Algunos ya lo advirtieron, por caso el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que está intentando poner paños fríos para desinflamar los enojos.

La pregunta es: ¿Podrá?
 

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