Era de esperar que tras el periodo “extra large” se reiniciaran las controvertidas interpretaciones que se han producido en torno a decisiones emergentes del gobierno nacional.
La Corte Suprema, ya con un miembro más, tras haberle tomado juramento al juez Manuel García Mansilla, se apresta al análisis de la licencia solicitada por Ariel Lijo, el otro nominado gubernamental para integrar el alto cuerpo judicial situación que, de acuerdo a lo que resuelvan, pueden integrarlo al en calidad de juez en comisión, según lo determinado en el Decreto presidencial.
Pero hay ciertos indicios que no estarían dadas las condiciones, en tanto el cuarteto judicial, tendría las opiniones cambiadas y habría un empate, con lo cual lo de Ariel Lijo quedaría para que lo resuelva el Senado, si es que logra número para darle tratamiento.
Es un tema irresuelto y que conlleva amenazas de sectores legislativos opositores que han manifestado su decisión de negarle la posibilidad a los miembros nominados en Comisión, con lo cual, de lograrse el número de votos suficientes, quedarían los tres que estaban.
La guerra comercial impacta en mercados y le agrega presión al Gobierno para conseguir dólares con rapidez.
Las dudas que plantea el mercado internacional sumadas a las recientes medidas instrumentadas por los EEUU abrieron una puerta de incertidumbre impensada o no contemplada por el gobierno de Milei, atento a la relación que dicen tener los presidentes Donald Trump y el libertario.
Se esperaba con mucho temor la apertura de los mercados, entendiendo que de acuerdo a los últimos vaivenes de la economía se consideraba factible que el riesgo país pueda tocar los 800 puntos básicos.
Esta contingencia que no está lejos de producirse y agravarse de no mediar un acuerdo con el FMI y la posibilidad cierta de firmar el tratado de libre comercio o inversiones, según se trate, no mejoraría el humor de los financistas ni enfriaría a las bolsas.
Está claro que se aleja la posibilidad de conseguir financiamiento a través de la colocación de bonos, lo que vuelve todavía más urgente un entendimiento con el FMI, negociación que parecería estancada, más allá de los relatos que surgen del ámbito económico argentino.
Si, por otra parte, se cumple lo prometido por el presidente en la apertura de sesiones legislativas, que enviaría al Congreso el Acuerdo con el FMI para que sea tratado y aprobado, se estaría ante un suceso que, ya está visto, puede ser un arma de doble filo, porque si se estiran los plazos, habrá mayor nerviosismo en los mercados y por consiguiente mayor deterioro de los factores económicos
En síntesis, dificultades serias que pondrían en aprietos los mecanismos de la macroeconomía y por consiguiente agudizaría la microeconomía.
Nada está cerrado y es un juego en cancha abierta y sin límites de terreno. Se estima que Argentina dependerá de la buena voluntad de quienes hoy son factores que hacen al programa económico que plantean Trump y Musk para reestablecer el manejo de los mercados desde los EEUU.
A estos factores habrá que sumarles las contingencias que se desprenden de los operativos que realizan los sectores de la política procurando rearmar sus filas pensando en las legislativas del presente año.
Acuerdos sí, acuerdos no. Diferencias sustanciales en las propuestas y un malestar en aumento de la sociedad que ha comenzado a sentir los ajustes, las regulaciones y el reordenamiento del Estado como parte de una estructura que está sostenida por la ciudadanía, que en definitiva es quien sufre los quebrantos.
Las turbulencias alteran todos los sectores. Comienzan a materializarse y a ponerse en evidencia dónde están las fidelidades y las intencionalidades de quienes no quieren quedar afuera del reparto.
Al manejo autoritario del presidente Javier Milei y el elenco del “triángulo de hierro” se le suman las generadas en la construcción de las bases de un nuevo partido político nacional, que por hoy se llama La libertad Avanza, pero que dadas las circunstancias y necesidades de “negociación” que les demandará alcanzar el número puede cambiar de denominación.
Hoy, tal como están repartidas las cartas, pareciera alejarse la posibilidad de un acuerdo Milei-Macri y, con ello, está implícito un debilitamiento de las fuerzas libertarias, que podrán sumar algunos más, pero seguiría siendo notable minoría tanto en Diputados como en el Senado.
Aparecen muy desdibujados los intentos en el interior del país. Las internas han implosionado lo que se suponía podía ser el principio de una fuerza con poder político concreto y todo indicaría que solo “asociándose” podrán tener chances de ir “colgados” del único que hoy tiene poder convocante: Javier Milei.
El tema es hasta cuándo podrá sostener el presidente Javier Milei la aprobación incondicional de quienes siguen confiando en la recuperación prometida.
Según varios encuestadores prestigiosos y de los prudentes, al dar a conocer indicadores señalan que hay un marcado descenso en la confianza y aprobación de la gestión de Milei. Por otra parte, en el marco de esta “pelea” sigue ocupando un lugar preferencial el tema de la cripto moneda, que para muchos constituye una gran estafa que estaría comprometiendo al “triángulo de hierro” fundamentalmente a los hermanos Milei.
La Investigación iniciada en los EEUU estaría avanzando en procura de lograr antecedentes e información para determinar si las más de 200 denuncias presentadas por diferentes estudios jurídicos americanos son parte o no de una maniobra dolosa, donde aparece en un plano superior Karina Milei, seguida por su hermano Javier Milei, que tuvo a su cargo el acto promocional de la cripto moneda $Libra, que habría desencadenado un tema candente que comenzó a horadar la figura presidencial, hasta ahora sustentada en la transparencia de su accionar.
Nubarrones y amenazas de tormentas fuertes son el escenario actual de la Argentina.
La gran pregunta es: ¿Podrá sortearla Javier Milei?
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