Profesionales de diversas áreas convergieron el jueves por la tarde en MEDASUR para debatir, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, sobre consumos digitales y salud mental, una de las problemáticas que preocupa a padres y educadores entre otros estamentos sociales.
El encuentro, celebrado en MEDASUR, estuvo destinado a docentes, profesionales y público en general. En ese contexto el subsecretario de Salud Mental y Adicciones de La Pampa, Martín Malgá, dijo en la apertura que la idea es “abordar la intersección que hay entre consumos digitales y salud mental, y la necesidad de comenzar a prevenirnos de sus efectos negativos”.
“Actualmente” dijo “estos consumos se presentan como masivos, con un inmenso alcance en nuestra sociedad por la disponibilidad, el acceso, y la presencia en nuestra vida cotidiana” y mencionó “la cantidad de horas que destinamos al uso de pantallas para estudiar, trabajar, interactuar, expresarnos emocional, artística o políticamente, jugar, mantenernos informados, conocer personas nuevas, comprar, vender y todos los devenires posibles de cada una de esas situaciones”.
“Las relaciones que tenemos con nuestra comunidad quedan afectadas. La rapidez y la inmediatez nos llevan a competir en una carrera sin fin hacia el próximo estímulo gratificante, generando una sensación de urgencia constante, hablamos de ansiedades condicionadas por este modelo de recompensas”, añadió.
“Esta lógica de la instantaneidad y muchos otros elementos que veremos hoy son funcionales a la construcción de la subjetividad de nuestra época, donde prima el individualismo, el aislamiento, la intolerancia, los discursos de odio y la violencia como forma de vinculación socialmente aceptada”, agregó.
“Para contrarrestar esta tendencia donde la toma de decisiones está influenciada por algoritmos y estrategias de mercado que buscan manipular nuestro comportamiento, debemos generar espacios de calma, pausas donde se puedan producir diálogos y reflexiones. Esto implica pensar y, por ende, decidir de manera soberana cómo revitalizar nuestras prácticas e instituciones, para la defensa de la vida en común. Especialmente en un momento de mucha violencia discursiva, de disolución social, de desfinanciamiento de las instituciones y del crecimiento de la pobreza y exclusión”, finalizó.
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