Pasaron cinco días del fenómeno climático que arrasó la ciudad de Bahía Blanca y sus alrededores, dejando un lamentable saldo de muertos, cifras aún no definidas por los que se cuentan como desaparecidos. Enormes daños materiales, algunos entendidos hablan de tener que reconstruir las bases de la región afectadas, y cuando la “espuma” bajó apareció el presidente Javier Milei, con una mínima comitiva, su hermana -Secretaria General de la Presidencia- Karina Milei y el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Muy pocos sabían del viaje que se concretó en la víspera a las 6:30 de la mañana. A su arribo fue esperado por los ministros de Seguridad Patricia Bullrich y de Defensa Luis Petri.
El libertario, pocos minutos después de las 8:00, se dirigió en una camioneta negra, fuertemente custodiada, al Centro de Monitoreo que se emplazó en el edificio de la ex terminal de colectivos, en calle México, entre Brown y Drago. Allí lo esperaba el intendente Federico Susbielles, junto a otras autoridades locales.
Tras tener una muy corta reunión informativa la comitiva se dirigió sobre las 9:00 a la Planta Potabilizadora Patagonia, de la empresa ABSA, y permaneció unos 10 minutos ( según informó el diario La Nueva). Posteriormente, llegó al sitio donde se está instalando un puente modular sobre el canal Maldonado, indicó La Brújula 24.
Cabe consignar que los datos que se van recogiendo surgen de informaciones de medios bahienses, no constatándose -hasta ahora- presencia de órganos de información de Buenos Aires o ciudades cercanas a Bahía Blanca.
La visita presidencial -que fue muy corta- se supone tenía como objeto -esto es mera elucubración periodística- ponerse en contacto con la realidad y, equipos técnicos mediante, iniciar los trabajos de recuperación de una de las ciudades más importantes del país y la zona afectada.
No es el momento de mirar ideológicamente el panorama existente, lo vivido es una tragedia que puede llegar a repetirse en cualquier otro punto del país, según diagnostican los especialistas en materia de meteorología, que están explicando los alcances del llamado “cambio climático”; que para algunos son alteraciones que se materializan cada cien o doscientos años en distintas partes del mundo.
Desconocer el “calentamiento global” es ir en contra los estudios científicos que así lo demuestran. Pero la realidad es innegable y resiste cualquier análisis de los que pretenden “politizar” las situaciones que se van produciendo.
El cambio climático es la alteración de los patrones climáticos y las temperaturas a largo plazo. Se puede deber a causas naturales o a la acción humana. Causas naturales, Variaciones en la actividad solar, Erupciones volcánicas grandes. Causas humanas: Quema de combustibles fósiles, Contaminación urbana, Procesos industriales, Uso de energía eléctrica, entre otros factores que inciden y desestabilizan.
Según la ONU: Por “cambio climático” se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.
Hasta este punto lo científico, que tiene varias interpretaciones, algunas positivas porque permiten prevenir -tal vez no evitar- y otras que directamente dicen que es parte de un gran “negociado”, por lo tanto sin medidas y “arreglátelas como puedas”. Algo así como lo acaecido en Bahía Blanca.
La presencia presidencial, y una serie de expresiones vertidas por el vocero presidencial Manuel Adorni en el habitual encuentro con la prensa que concurre a las reuniones en Casa Rosada, deja entrever que habrá algunos paliativos, pero no se habla claramente de acciones cuyos alcances procuren solucionar las graves situaciones que están viviendo los bahienses.
El escaso tiempo que el mandatario libertario pasó en ámbitos técnicos y la ausencia de un contacto con la prensa impidió conocer -hasta ahora- qué alcances puede llegar a tener el auxilio nacional en esa ciudad de la provincia de Buenos Aires.
Sin lugar a dudas, las diferencias político-ideológicas que separan al gobierno nacional libertario con el de la provincia de Buenos aires, hoy ya no se sabe si kirchnerista, peronista, o un poco de los dos o con otro nombre que lidera Kicillof, plantea dudas e incertidumbre.
Finalmente, al retirarse la comitiva oficial, el intendente Municipal bahiense, Federico Susbielles, en una conferencia de prensa adelantó que “el presidente Milei” le había “prometido ayudar a la recuperación de la ciudad”.
Eso es lo único que se pudo conocer, entendiéndose en los medios capitalinos que hoy, en la habitual conferencia del vocero presidencial, podrían brindarse detalles que, se presumen están analizando y elaborando a nivel del Ministerio de Economía.
Las marcadas diferencias ideológicas que se evidencian entre Nación y provincia, podrían llegar a constituir un elemento negativo en el trabajo que debería consensuarse para adelantar los trabajos necesarios que puedan poner en marcha una ciudad que aún está bajo los efectos de la tremenda inundación sufrida.
Podría -si existiera buena voluntad y se dejaran de lado posicionamientos de carácter político-, realizarse un trabajo mancomunado que acelere el restablecimiento de un orden social que hoy está tremendamente deteriorado en la ciudad bahiense y sus alrededores.
Sería un buen principio para comenzar a reacomodar la convivencia ciudadana.
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