Armería Santiago a fines del siglo pasado fue un comercio de referencia para todos aquellos vecinos de Pico y su zona de influencia. Quien necesitaba algún producto vinculado con la caza, así también como algún repuesto “extraño” o hasta algún elemento que tenía que ver con las muy utilizadas lámparas y estufas Bram Metal o hasta para hacer copias de algunas llaves, sabía que allí iba seguramente a encontrar algún tipo de solución para su problema.
Quienes lo visitaban asiduamente no dejaban de asombrarse por ese desorden ordenado, ya que Santiago sabía exactamente en que lugar estaba cada cosa, a pesar que los artículos se contaban por varios cientos y a simple vista no se observaba ningún tipo de orientación para ir a buscarlos. Lo que Santiago no tenía, sería difícil de encontrar en algún otro lugar de Pico.
Por generaciones los Santiago dieron forma y vida a ese tradicional comercio de la céntrica calle 20 piquense. A ese edificio concurrían clientes, pero también era el reducto en el que comerciantes y algunos vecinos de la cuadra se reunían para compartir los mates de cada mañana, ritual que se repitió durante muchos años en los cuales los temas de más candentes de la sociedad, y los menos importantes también, eran analizados con el mayor de los rigores y siempre con alguna sonrisa como para matizar.
La desaparición física de su creador primero y su hijo después, hizo que la Armería Santiago terminara cerrando su puertas ya hace varios años, pero el edificio de la calle 20 entre 11 y 13 se mantuvo con muy pocos cambios, inclusive el deterioro se fue haciendo cada vez más notorio. Alguna de las viejas aberturas de madera quedaron abiertas y a través de esos huecos se podía observar el abandono que había en el interior del inmueble.
En las últimas horas la cuadra donde estaba Armería Santiago se vió alterada por la aparición de cintas de seguridad donde aparece la palabra “peligro”, habida cuenta que desde la calle se nota que parte de la mampostería podría caer sobre la vereda y, eventualmente, provocar lesiones en algún transeúnte.
Ante la consulta realizada por La Reforma a las autoridades municipales, el secretario de Planificación y Gestión Urbana, Jorge Gabba, explicó que “con la gente de Defensa Civil observamos la situación y se decidió poner las cintas para que la gente no avance por esa vereda. En principio no observamos que haya un peligro importante" pero adelantó que "los inspectores se harán presentes en el lugar para tomar la verdadera dimensión de lo que allí está pasando”, señaló.
El funcionario sostuvo que además que “hay gente que está trabajando, están cambiando parte del techo, y eso es un arreglo entre partes, no se trata de una obra pública. Por la información que hemos recogido, en principio, todo está en orden, pero a primera hora se presentarán los inspectores para hacer los controles correspondientes”.
“Desde Defensa Civil entendimos que era necesario señalizar y colocar cintas de peligro. Hemos visto que en la parte superior del edificio se está trabajando y que se hay producido allí algún tipo de desmoronamiento, pero creemos que la situación no es grave. Lo evaluaremos con los inspectores de la Dirección de Obras Particulares”, recalcó.
Gabba aclaró que “de la línea municipal para adentro nosotros no tenemos autoridad, no tenemos poder de policía, por lo tanto lo que ocurra allí adentro es un tema particular de los dueños. Por lo que tengo entendido, además, ese edificio no se encuentra incluido entre los que fueron declarados como ‘históricos’ dentro de Pico”, concluyó.