La frustración del presidente estadounidense quedó claramente evidenciada en una entrevista con la NBC, durante la cual el magnate criticó a su homólogo ruso por socavar la credibilidad de mandatario ucraniano, Volodymyr Zelensky, al plantear la posibilidad de un gobierno de transición y un nuevo líder para Ucrania.
“Si Rusia y yo no llegamos a un acuerdo para detener el derramamiento de sangre en Ucrania y si considero que es culpa de Rusia, entonces aplicaré aranceles secundarios a todo su petróleo”, dijo, añadiendo que Putin es consciente de su enfado y que ambos volverán a hablar esta semana.
Aunque utilizó un tono duro con el líder del Kremlin y planteó la posibilidad de aranceles que podrían activarse dentro de un mes si un acuerdo fracasa, lo que supondría un nuevo y duro golpe para la economía rusa, Trump recordó, sin embargo, que hay una “buena relación” entre los dos y que su enojo puede “disiparse rápidamente” si Putin “hace lo correcto”.
“Rusia está prolongando la guerra. Esperamos una respuesta de Estados Unidos, Europa y todos nuestros aliados a este terrorismo contra nuestro pueblo”, declaró el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en referencia a los continuos ataques. El último en orden cronológico, la noche del sábado en Járkov causó dos muertos.
Mientras analiza una posible solución para Ucrania, Trump no pierde de vista a Irán ni a Groenlandia, su obsesión desde hace años.
El mensaje enviado a Teherán es claro: sin un acuerdo nuclear habrá “bombardeos como nunca antes se vieron” y “aranceles secundarios”.
El presidente iraní, Massoud Pezeshkian, aunque mantuvo que no se opone a las negociaciones, dejó claro que Teherán, a través de Omán, rechazó hasta ahora la opción de conversaciones directas, “pero estamos abiertos a negociaciones indirectas”.
El presidente estadounidense fue, por otra parte, explícito sobre Groenlandia. “Será nuestro al 100 por ciento”, dijo a la NBC, sin descartar el uso de la fuerza para conquistar la isla más grande del mundo.
“Creo que hay buenas posibilidades de que podamos ‘conquistar Groenlandia’ sin recurrir a la fuerza militar. Pero nunca lo descarté”, explicó.
El ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Lokke, se quejó de hecho del “tono” utilizado por el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, durante su breve visita a Groenlandia, donde atacó directamente a Copenhague, acusándola de no haber hecho un buen trabajo para los habitantes de la isla. “No apreciamos el tono en el que se expresaron las críticas”, dijo Lokke.
La misma línea firme adoptó el nuevo primer ministro groenlandés, Frederik Nielsen: “Debemos demostrar de forma clara, distinta y tranquila al presidente estadounidense que Groenlandia es nuestra”.
Palabras que no tienen efecto sobre Trump. Cuando se le preguntó qué mensaje enviaría una posible anexión de Groenlandia a Putin y al resto del mundo, el presidente respondió: “No pienso mucho en ello y no me importa”. La isla “es paz y seguridad internacional”.
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