JUEVES 26 de Diciembre de 2024
 
 
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¡Adivina, adivinador!

Es realmente un juego complejo el que desarrolla el presidente Javier Milei, mostrando que siempre camina un paso adelante de sus oponentes, adivinando movidas que, al anticiparse, logra frustrar los posibles ataques.

El manejo de las extraordinarias legislativas, facultad que, fundamentalmente tiene el presidente, está poniendo a este diciembre un condimento que se suma a los acostumbrados cimbronazos que se suceden por las fechas de fin de año que detona socialmente.

Resultan divertidos los intentos que realizan desde el sector opositor y dirigencial externo, por apurarlo en una decisión que, indudablemente, está atada a futuras estrategias, donde mucho tiene que ver cómo resultarían las acometidas por las destituciones de legisladores con causas judiciales abiertas.

El presidente Milei postergó la firma del decreto de convocatoria a Extraordinarias y dicen que se publicaría el lunes en el Boletín Oficial. Esta versión fue desvirtuada en las últimas horas y se esperan -según adelantaron fuentes cercanas a la presidencia- algunas novedades importantes.

Tenían planeado que la oficialización fuera el viernes a última hora, así lo había adelantado el vocero presidencial Manuel Adorni, pero las circunstancias emergentes de la internación del jefe de Gabinete fue la causal de posponerla.

De todas maneras, las reuniones del fin de semana no descartaron que habría extraordinarias una vez establezcan contacto con sectores opositores que se han mostrado remisos a prestar conformidad al temario dado a conocer y plantean opciones que están siendo evaluadas.

No sería extraño que de acuerdo al resultado de los contactos que se están estableciendo la reapertura del Congreso no se concrete, dado que no se arriba a los términos que pretende el presidente Milei.

De todas maneras las “tocadas de oreja” siguen en un escenario donde principalmente se están moviendo el presidente Milei y la ex presidenta y ex vice Cristina Kirchner.

En un reciente posteo la cabeza del kirchnerismo manifestó: ‘‘¿Lo van a dejar seguir siendo senador porque tienen miedo que hable?”, refiriéndose a la figura del senador Kueider, que se ha tornado en la figura central de los entredichos políticos.

Ampliando en el mensaje remitido al presidente Milei: “La expresidenta le pidió al mandatario que la vicepresidenta Victoria Villarruel convoque a la sesión pedida por el bloque peronista en la Cámara alta para tratar la destitución del dirigente detenido en Paraguay, acusado de contrabando por ingresar a ese país con US$ 200 mil sin declarar”.

En realidad es un juego entretenido, porque Javier Milei ha manifestado su decisión de aceptar que lo destituyan pero en condiciones igualitarias con otros legisladores: todos de Unión por la Patria, que tienen causas pendientes con la Justicia.

El clásico desafío de hace muchos años, cuando había que pisar la “raya” hecha en el suelo, como una manera de enfrentar las contingencias de lo que pueda venir.

Es, evidentemente, una manera de mantenerse en el escenario donde la volvieron a colocar los mileistas que, pretendemos entender, la han visto como el posible punto opositor con respaldo de un núcleo duro que sigue pensando que Cristina Fernández de Kirchner puede ser candidata.

Si la evaluación que han realizado los cercanos a Milei, y también es analizado en el “triángulo de hierro”, pareciera una acción política ejercida a destiempo, en razón que para las posibles postulaciones falta mucho y en ese interregno, puede suceder que el plan de ajuste falle; que la macroeconomía se debilite por las deudas externas existentes. Que el clima social marque pautas diferentes y se haga insostenible el Superávit Fiscal y el Déficit cero.

Todo está dentro del marco de lo posible.

Medirla hoy, a quien fuera en el último gobierno vicepresidenta puede, resultar un dato falso que conlleve a debilitar las fuerzas de La Libertad Avanza. Naturalmente estas son conjeturas, la realidad está por verse.

La estrategia está en marcha: habrá que ver los resultados. La subestimación es un grueso error.

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