MIÉRCOLES 29 de Enero de 2025
 
 
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“El cuento de la buena pipa”...

“El cuento de la buena pipa” es una expresión que se refiere a una historia larga y entretenida que es contada con habilidad para mantener a la audiencia interesada. El origen de esta expresión se remonta al siglo XVIII en España, donde la pipa era un objeto de entretenimiento en las reuniones sociales.

Pero, como dicen los gallegos: “Una mentirilla hombre...”.

Eso pareciera están pergeñando para que los argentinos crean todo aquello que expresa el gobierno. De no hacerlo, se convertirá automáticamente en un opositor -enemigo al que se debe destruir-.

En los últimos meses venimos escuchando aquello que muchos señalan como las “medias verdades”, que en definitiva no son más que expresiones rebuscadas con terminología difícil, que solamente los formados intelectualmente comprenden, que son peores que las mentiras, porque tienen algo de verdad y eso confunde al ciudadano/ciudadana de a pie.

El tema de la macroeconomía y los avatares que se plantean alrededor del manejo de los mercados, ya sea de valores y/o financieros, dejan sin saber que está pasando a bastante más de la mitad del país.

Javier Milei habla con frecuencia de los “econo- chantas”, cuando se refiere a sus colegas profesionales que habiendo estudiado la misma carrera que él -economía- se atreven a disentir con muchas de sus posiciones en relación a la macro y microeconomía, que en realidad son los factores sobre los cuales se mueve el crecimiento o se deteriora, según el resultado de los mismos.

Durante los últimos meses las “dos bibliotecas” de la economía se han convertido en un sainete que -tal vez hecho a propósito- busca desorientar y hacer valer como realidad un relato que plantea un país que se recupera. Aunque cada vez hay más desempleados, pobres e indigentes.

Estas alternativas han venido jugándose fuerte en los últimos días, cuando el famoso “riesgo país” se desplomaba y los medios se hacían eco en esta llamativa retracción de un indicador de las estructuras económicas del país, que son las que observan los grandes inversores para arriesgar sus capitales.

Pero evidentemente se les fue la mano con el dato conocido hace 24 horas, un poco más respetando diferencias horarias. Caía el riesgo país y perforaba el piso de los 500 puntos ubicándose en 454 puntos.

Hubo cierto recato en las autoridades económicas argentinas que tras las publicaciones internas y externas salieron a desmentirlo, manifestando que “El riesgo país de 454 puntos es un error técnico a partir del pago de títulos que se realizará el jueves”, según aclaró en “X” el pasado martes, Felipe Núñez, el asesor del ministro de Economía, “Toto” Caputo.

Llama poderosamente la atención y se espera que en las próximas horas economistas entendidos en la materia puedan brindar explicaciones cómo pueden filtrarse informaciones que realmente constituyen una “fake new” y genere solo una disculpa.

“El riesgo país de Argentina cae este martes a 454 puntos básicos, el más bajo desde mayo de 2018”, según la agencia de noticias Reuters. “Es una disminución de más de 100 puntos con relación a la víspera, rueda en que había perforado el piso de 600 puntos y cerrado en 569”.

“Un bulo”, que si pasaba, pasaba. Pero que no tenía nada de verdad y sí mucho de generar expectativas del éxito económico que está logrando la operativa que digita el presidente Javier Milei y ejecuta el ministro “Toto” Caputo.

Es un tema elevado para para la mayoría de la sociedad, porque es una conjunción de elementos que hacen a la macroeconomía, con incidencias en la micro y que repercute notoriamente en los valores del mercado y, de haber sido cierta, era una notable apertura para lograr futuras inversiones en el país y con ello marcar claramente un signo de crecimiento, que hoy aún no se ha percibido. Por el contrario se siguen cerrando empresas.

Cuando un país enfrenta un alto riesgo, los inversores y prestamistas suelen demandar tasas de interés más elevadas, lo que aumenta los costos de financiamiento para el gobierno, las empresas y los individuos, obstaculizando el crecimiento económico, dificultando el acceso a los mercados internacionales y desalentando a quienes buscan mercados para lograr ganancias.

Se pueden señalar, aunque hay más variables que influyen notablemente en el tan “meneado” riesgo país: “Cinco fuentes esenciales: el riesgo político, financiero, económico, contagio regional y crisis sistémica global”.

La Argentina se ha visto afectada por, sino todos, la mayoría de esos factores que no resultan tan fáciles de erradicar.

Las informaciones deberían ajustarse a la realidad. Crear falsas expectativas con datos que deben salir a desvirtuar genera un descreimiento que no favorece al gobierno.

Tal vez debieran pensarlo no en negativo sino en positivo. La verdad es el mejor remedio para la esperanza.

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