VIERNES 18 de Octubre de 2024
 
 
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“El fin justifica los medios”...

La frase pertenece a Nicolás Maquiavelo inserta en su obra más famosa, “El Príncipe” (1513, publicada en 1532), señala con estricta justeza que “aquellos que pretenden tener el poder absoluto no reparan en los medios para alcanzar los objetivos que se han fijado”.

Cuestiones ideológicas, procederes que alteran y transforman el manejo de la política tradicional, son los artífices que convierten a un ciudadano común, en un poderoso e influyente hombre de una política renovada, novedosa, que ofrece como “pergamino” más contundente que procura decirte su verdad crudamente.

Decía el “príncipe florentino”: “Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí, el segundo entiende lo que los otros disciernen y el tercero no entiende ni discierne lo que los otros disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil”. Son las capas de la comunidad.

Una verdad irrefutable porque de alguna manera esta mostrando la composición de las diferentes sociedades del mundo, en la cual también con sus reservas y diferenciaciones esta la Argentina.

Algo se percibe, sin que constituya una verdad absoluta, pero permite intentar comenzar a entender que esta pasando en esta Argentina, multifacética, traumatizada e incierta.

La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad. La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente. Dos conceptos precisos que ponen algo de luz sobre las actitudes divergentes que -en manos estratégicamente utilizadas por el presidente Javier Milei- han puesto al país que conocíamos en algo diferente donde no existen coincidencias unánimes y todos piensan a su manera, en como lograr llegar a tener futuro.

Nicolás Maquiavelo, el padre de la ciencia política moderna, no siempre considerado acertado y muchas veces criticado, expresaba que refiriéndose a los profundos cambios que reformulaban leyes y normativas existentes que: “Las leyes deben encargarse de crear una sociedad más justa para todos en el futuro, haciendo que aquellas injusticias que se vivían en el pasado nunca más vuelvan a repetirse”.

Sobre estas bases, que el liberal - anacocapitalista, hoy presidente de los argentinos Javier Milei, ha moldeado en marco de su formación economicista, donde prevalece el mercado libre, el Estado deja de tener un papel paternalista y protector para ser solo herramienta de una operatividad acotada, dejando en libertad absoluta la voluntad popular, se ha constituido en el paradigma argentino.

Estaría desacertado decir que una gran parte de los argentinos se siente desprotegido y no ve con claridad como debe actuar ante esa posibilidad de poder disponer -por supuesto dentro del marco de las normas que imponen las conductas y el marco legal de los otros poderes constitucionales- de su vida que, constituiría el “libre albedrío”, en el cual no sabe moverse.

Podríamos llamarlo desconcierto, ante una puerta que se abrió demasiado rápido, sin un recorrido de aprendizaje que nos hubiera permitido saber como actuar.

El temor que existe es que quienes están imponiendo ese régimen nuevo, operen en forma dictatorial y pretendan erigirse en los “conductores autoritarios” de un gran porcentaje de la ciudadanía que hasta hace muy escaso tiempo atrás solo obedecía habían quienes pensaban por ellos.Y Eso sería salir de “Guatemala para caer en guatepeor”.

Conducirse sin saber como, es realmente peligroso. Es pretender que lo niños de los primeros grados educativos sepan leer, sumar, restar por cuenta propia, sin haber recorrido primero el camino del aprendizaje y no a los golpes, sino con mecanismos adecuados que reformulen una sociedad al estilo de la mejor ciudad europea.

Nada se muestra fácil, por el contrario estamos en el inicio de la transformación que ha prometido el presidente Milei, secundado por su hermana “El Jefe” Karina Milei y del consejero estrella Santiago Caputo. Organiza la llegada de Federico Sturzenegger que será el encargado de la regulación del nuevo Estado, mientras sigue confrontando internacionalmente. Ahora el turno es con Lula da Silva presidente del Brasil y remezones con el gobierno boliviano.

En ese escenario, donde el titular del ejecutivo Nacional, se siente realmente cómodo, la Argentina enfrenta internamente una situación de conflictos políticos internos en sectores que -supuestamente- deberían responderle al gobierno de LLA para darle fortaleza en ámbitos en los cuales se materializa su enorme debilidad.

El PRO de mantener ese estado de anomia, es posible que corra el mismo destino de Juntos por el Cambio y termine por implosionar, quedándose con los “retazos” los más aventurados.

La UCR, tampoco esta consolidado y pese a los discursos de algunos de sus conductores, no definen un conductor con peso específico que aglutine y reformule el poder territorial que siempre tuvo.

La CC desmembrada, con una conductora que nadie ha podido reemplazar, Lilita Carrio, hoy se proyecta -sin demasiado peso político- para insertarse en postulaciones para el 2025. Más dudas que certezas.

En síntesis se avecinan días tormentosos, con muchas alteraciones en el plano político. Javier Milei, jugando su partida de ajedrez y con un “jaque mate” recién logrado, no ha revelado sus próximas jugadas. Mauricio Macri pelea a brazo partido con Patricia Bullrich por la hegemonía partidaria. Lilita Carrio ha comenzado a manifestarse mostrando su proyecto futuro y el radicalismo se mueve sin estridencias pero con muchas grietas internas.

Argentina ante escenarios disimiles,donde la incertidumbre -por ahora- es lo más sobresaliente.

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