El discurso del primer año de gobierno del presidente Javier Milei era esperado por gran parte del país, atento a lo que podría anunciar para el 2025, poniendo en funcionamiento la segunda etapa de su mandato.
Quedó grabada en los medios y personas que lo escucharon, la amenaza concreta -pese a que no es la primera vez que lo dice- de que habrá un accionar de la motosierra a fondo, que estará en manos del ministro de regulación y transformación del Estado Federico Sturzenegger.
Se han conocido en las últimas horas hacia donde apuntarán y, si bien es motivo de diferentes interpretaciones, no se perciben atisbos de bonanza social, mostrándose una intencionalidad clara de “abrochar” a todos los Estados provinciales, a los que dejará -si puede- sin recursos que puedan provenir del Estado Nacional.
Resultó llamativa la pregunta que un periodista, que viene aplaudiendo todas las medidas de ajuste, realizó a Federico Sturzenegger, relacionada con el tema coparticipación. La respuesta no resultó convincente, dado que el Ministro dijo que ese tema era resorte Constitucional y que para operar modificándolo haría falta la unanimidad de los gobernadores.
Pero en ningún momento dijo: “Ese tema no se trata”. Ni aseguró que no se estudien formas de instrumentar alguna metodología, poniendo el acento en relativizar las palabras del jefe de Estado, que en el discurso por su primer año de gestión había prometido una reducción impositiva para devolverles autonomía fiscal a las provincias.
Difícil de entender para el común de la ciudadanía, pero deja abierta la puerta para instrumentar una metodología a través de la cual las provincias puedan solventar sus necesidades económicas haciéndose cargo de un paquete impositivo que le pueda brindar los fondos que requiera.
El tema pasa por descubrir qué se esconde tras las palabras presidenciales de “devolverles autonomía fiscal a las provincias”. Hay leyes, normas constitucionales que fijan y señalan las formas adecuadas en las que Nación comparte responsabilidades con los Estados Federales.
No hacerlo y comenzar a cortar “los cordones umbilicales” que realimentan la política fiscal, es casi generar estados independientes, dentro de un Estado Nacional, reducido a su mínima expresión que solo respondería a la macroeconomía y gestiones diplomáticas, procurando ubicar a la Argentina en el concierto del libre comercio mundial como parte de sus objetivos, además de los personales de liderazgo liberal en esta parte del mundo.
Entre las cuestiones más destacables que surgieron de la charla de Sturzenegger con el periodista de radio Mitre Eduardo Feimann, está el ánalisis que realizó sobre las palabras presidenciales en torno a los impuestos: “Él no está hablando de eliminar el 90% de los impuestos cuantitativamente, está hablando en términos de cantidad de instrumentos”. Y precisó: “Para bajar el 90% de la carga impositiva, tendríamos que bajar 90% el gasto”.
Vale la pena recordarle al Ministro que el presidente dijo claramente: “Una reforma impositiva por la que se reducirán el 90% de los impuestos”. En verdad no se presta para otra interpretación.
El funcionario entrevistado dijo que: “Lo ha hecho un 30%, que es una cosa histórica que no había ocurrido en un lugar del mundo, pero no, él está hablando de que tenemos una estructura tributaria muy compleja, con un montón de impuestos que recaudan muy poco y que me parece que es momento de empezar a simplificar y en todo caso, concentrarte en los impuestos más importantes”.
Si esto no es lo contrario, se le parece demasiado a un intento de “bajarle decibeles” a los dichos presidenciales.
En realidad es la búsqueda de diferentes argumentaciones, que dicen que operativos se desarrollarán sin revelar cuáles. Ni que formas tendrán ni que afectarán. Un trabalenguas bien elaborado, diciendo aquello que se pretende medianamente escuchar, pero que resulta difícil desentrañar cómo será finalmente. Es de esperar que Sturzenegger sí lo sepa.
Vale la pena recordar algunas de las frases que expresara el presidente Milei: “Gobierno va a impulsar fuertes medidas económicas, que incluyen una importante rebaja impositiva y el bimonetarismo, uno de los pilares de su plan de cara al cierre del Banco Central”. La primera referida a la rebaja impositiva, tiene otra interpretación, según Sturzenegger. Todo raro y muy confuso.
El juego de las estrategias, una habilidad ya demostrada del presidente libertario, fue parte de su exposición, dejando sentado que: “Argentina tendrá una enorme deuda de gratitud con mi hermana, Karina Milei”, quien junto al Jefe de Gabinete se mostraron delante del círculo áulico que rodeó al titular del Poder Ejecutivo, agregando: “Sin ella, nada de esto sería posible”. Una clara figura de campaña política.
Esto cerraría con quienes sostienen que “el mando, es de la Secretaria General de la Presidencia”.
El tiempo que se avecina política económica, financiera y socialmente no será un lecho de rosas. Por el contrario todo lo dicho señala que habrá muchos más ajustes. Despegues cuasi totales de los recursos económicos que Nación tiene obligadamente que responder a las provincias. Liberación y juego de “monedas” y facilidades de uso, aspectos que deberán ser ordenados y normatizados.
Nada para alegrarse. Aquello que abre las puertas del 2025, presagia, cierres de Pymes, achiques de empresas dada las competencias que se plantearán con las liberaciones de importación. Más achique del Estado, cierre de áreas que reporten gastos y constituyan un peso para el Superávit Fiscal y Déficit Cero.
Aumentará el desempleo, de esto casi no existen dudas. Será del Estado y de empresas que busquen reformular sus economías. Sería interesante que dieran a conocer el aumento de las solicitudes del Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), recurso contemplado por la Ley de Empleo 24.013 que permite a las empresas suspender o despedir personal ante una disminución del trabajo por fuerza mayor o por causas no imputables al empleador.
Todo un “combo” con el cual el presidente Javier Milei, les desea “Felices Fiestas” a los argentinos.
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