MIÉRCOLES 29 de Enero de 2025
 
 
Compartir
Twittear
 

“Por la plata o el poder baila el mono”...

Un refrán popular muy utilizado para señalar cuando lo malo se ve bueno por conveniencia o se adoptan gestos conciliadores como una estrategia poco honesta de mostrar complacencia cuando solo obra el beneficio personal.

Denota que algunas personas pueden cambiar de opinión o parecer o ser capaces de cualquier cosa simplemente por lucro económico o de cualquier otra naturaleza, en este caso político y una parte del poder... Cuando es algo bochornoso o vituperable ya se considera una forma de prostitución.

En realidad como se habla de prostituir es una forma de alcanzar una explicación que coloque en el escenario de la política nacional hasta dónde se puede llegar para alcanzar a mantener poder y/o comprometer a otros a convenir formas de compartirlo.

En los últimos meses hemos visto cómo se ha ido produciendo una degradación del sistema político, alcanzando a deshonrar o degradar algo o a alguien, abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio.

El vil negociado al que se llega para ubicarse en los niveles de preponderancia en el esquema del gobierno, el que hoy ejerce el presidente libertario Javier Milei, está llevando a que se puedan observar estrategias y mecanismos que flaco favor le hacen a la futura gobernabilidad.

Es realidad, más allá que pretendan dibujarla de otra manera. Cuando para alcanzar objetivos de esta naturaleza se apela a subterfugios variados, por regla general son de escaso valor y duración en el tiempo, porque se arregla, se conviene, hasta que se llega y después veo cómo prevalezco e impongo.

Sobre finales del año pudimos observar un presidente -Javier Milei- que, a quien lo quisiera escuchar, preferentemente el periodismo que le responde, manifestaba que La Libertad Avanza era el partido gobernante y los que se quisieran incorporar deberían aceptar sus condicionamientos. “Sino, -dijo- competiremos contra todos ellos”.

En estas expresiones propias de sus habituales estrategias donde contempla todas las aristas del posible “entongue político”, prevé que habrá duros e intransigentes a quienes tendrá que “endulzar”, dudosos y otros esperando que les abran la puerta para acogerse a las mieles del poder.

Mauricio Macri está jugando su partido. Desde mediados del año pasado que ha pretendido “gobernar en conjunto”, que es una manera de expresar que pretende un pedazo importante de la torta y mantener el poder que le daría volumen y consistencia a su partido: el PRO.

Javier Milei ha dejado claramente explicitado que el poder no lo comparte con nadie, a excepción de su hermana Karina. Es extraño que quienes operan en los ámbitos de la política no hayan advertido los mecanismos que utiliza el libertario-anarcocapitalista.

Tal vez -y esto es una mera suposición- les resulta más cómodo mostrarse sumisos y ver si les tiran alguna migaja. Resulta un posicionamiento decadente que no hablaría bien de las promesas que pueden vertir a sus seguidores, evidenciando debilidades que los hace poco creíbles.

Enfrente, Javier Milei, “totalitario” que no presta el “Sillón de Rivadavia” ni a la vicepresidenta, sigue mostrando su destreza para manejarse apolíticamente, en un terreno netamente politizado, que todavía sigue manteniendo las prácticas tradicionales; que hoy no existen.

El expresidente Mauricio Macri respondió a la propuesta de Javier Milei de conformar un frente electoral de cara a las elecciones legislativas de este año. “Estoy seguro de que podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones”.

El mensaje que fue publicado en todas las redes sociales, es un giro en el pensamiento de unos días atrás y sigue los lineamientos que enunciaba el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que había señalado que juntos podían ser el gran poder.

También por la red social X, el ex presidente Mauricio Macri señaló su -por ahora- plena conformidad para establecer ese frente que pretende el mileismo. Parte de sus expresiones dejan en claro que: “Siempre vamos a estar -refiriéndose al PRO- del lado de los que trabajan para terminar con el populismo, la demagogia y la falta de transparencia”.

Por otra parte, y encaminando la negociación, el titular del PRO definió el equipo de dirigentes para negociar con Milei un posible acuerdo electoral. El expresidente nombró a cinco dirigentes del PRO, entre diputados, economistas e intendentes, para dialogar con funcionarios de La Libertad Avanza.

Hoy son “mieles”, porque es evidente que el presidente Milei ha escuchado voces que le indicaban la necesidad de lograr aliarse para obtener una contundente derrota del kirchnerismo, que es el objetivo que persiguen ambas cabezas políticas.

La perdurabilidad de estas promesas que puedan realizarse es la gran duda. Hasta el presente Javier Milei ha desconocido el 80 por ciento de los acuerdos que se lograron a lo largo del 2024. Sus decisiones, que normalmente deberían sellar esas negociaciones, siempre resultaron negativas para los sectores que mansamente se entregaron ante el hecho consumado.

Hoy, a pesar de que aún resta demasiado tiempo y correr mucha agua debajo del puente negociador, pareciera que están comenzando a vivir una “luna de miel”, bastante similar al acuerdo “incondicional” que sellaron Milei, Macri y Bullrich y que culminó con el pase de quien es hoy ministra de Seguridad y se vislumbra como dura oponente del macrismo.

Habrá negociados para todos, pero el “organillero” será uno solo y, por ahora, nadie puede asegurar que respete su palabra y que reparta poder.

Escriba su comentario

Tu email no sera publicado.