Se la dejaron “picando” y, ni lerdos ni perezosos, la agarraron al vuelo aprovechando un reclamo -legítimo por otra parte- de los legisladores de Unión por la Patria, secundados por otros grupos que reclamaron a las autoridades del Congreso, en reuniones especiales para poder destituir al senador Edgardo Kueider preso en Paraguay por llevar 200 mil dólares sin declarar, ocultos en una mochila.
La ley pareja no es rigurosa, sostiene el refrán popular, y esto llevaría a pensar que pululan tanto en Cámara Baja como Alta, personajes que investidos de legisladores, vienen precedidos, algunos de antecedentes judiciales, otros que muestran procesos abiertos en la Justicia por hechos de corrupción o irregularidades que se están investigando y atraviesan distintas instancias, algunos con acciones judiciales firmes y otros, incluso, en instancias superiores.
Salieron a relucir algunos nombres, siendo los más resonantes: Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz, Rodolfo Tailhade, Máximo Kirchner u Oscar Parrilli, para quienes desde el gobierno de Javier Milei, por su mandato y propio anuncio realizado, deben ser incluidos para resolver su situación.
Una aplicación de “Ficha Limpia” se puso en el principal escenario por la actitud de un Senador de la Nación que ahora espera se haga Justicia en el país vecino, Paraguay, por intento de contrabando y lavado de dinero, este último encuadre no definido oficialmente.
A esta actitud deleznable y criticable, sin importar demasiado a qué sector político pertenezca, es a la que se refieren -intencionadamente- los ámbitos del kirchnerismo, atento a una cuestión de conveniencia interna, dado que quien debería reemplazar -siempre y cuando se pudiera producir el apartamiento a través de la destitución- pertenece a la agrupación La Cámpora y le otorga a UxP un voto más colocándolo muy cerca de la mayoría.
El país, no solo el sector de Milei, necesita un nuevo inicio de institucionalidad transparente, donde quienes se aparten de las normativas legales, cualquiera fuera su contenido, tengan inhibida la posibilidad de alcanzar lugares de poder desde donde se pueden desarrollar más cómodamente y con fueros, las acciones delictivas que se discuten y comprueban hacen.
La insistencia de UxP y de otros sectores que acompañan para generar una sesión especial, provocó la reacción oficialista. Y tras las palabras del presidente Milei en el encuentro de la organización CPAC Argentina: “Nosotros no defendemos corruptos, somos una fuerza nueva que no protege a nadie. Si quieren echarlo, nos parece bien. Que se aplique la misma regla para todos, se llame como se llame”, se conoció el anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni señalando que se “daría tratamiento a la separación de los cargos y si correspondía destitución de todos los legisladores que presentaran cuestiones con la ley”.
De esta manera, se fijó para el jueves el análisis de la lista con todos los diputados y senadores que tienen causas en la Justicia y que sería analizada en la reunión especial de ese día para tratar sus respectivas destituciones.
Un callejón sin posibilidades de escapar. Quien ahora intente hacerse el distraído, vuelve a jugar positivamente para darle razones y más poder a Javier Milei.
Las cartas fueron jugadas con una determinada intencionalidad, pero tal como dijo el presidente libertario en la CEPAC Argentina, cuando “gritan retruco, inmediatamente contestamos con el ‘vale cuatro’”.
Siempre hay en la planificación estratégica de Javier Milei y su “triángulo de hierro”, la segunda opción o “plan B”, que le permite contrarrestar una acción que pudiera resultarle adversa.
El sistema es claro y desde hace un año de gobierno que viene aplicándolo. Lo que sorprende es que la oposición se deje llevar por los primeros impulsos antes de “enfriarse” adecuadamente, para planificar y desarrollar sus objetivos con posibilidades concretas de lograrlo.
El “triángulo de hierro”, viene caminando, hasta ahora, siempre un paso adelante de los sectores que no le pertenecen. Negocia cuando se hace necesario o acomete sin entregas de ninguna naturaleza cuando le brindan la oportunidad de ejercer el poder a pleno.
Estas maniobras que -hasta ahora- le han dado resultado al presidente Milei, le permiten hacer su juego, siempre al límite, sabiendo que la derrota es posible y la victoria un gran triunfo.
Sin miedo al fracaso, manejando siempre el lado positivo, el liberal-anarcocapitalista que preside el país sigue sumando apoyos de una gran parte de la ciudadanía que lo ve como el hacedor del “gran cambio”, más allá de tener que soportar apremios y dificultades económicas que los han obligado a reajustar sus formas de vida.
El “vamos por todo” que sepultó la ambición política de la entonces presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, y le facilitó el camino de llegada a Mauricio Macri, es un puente que el presidente Javier Milei lo está concretando. Sin expresarlo verbalmente, aplicando la receta “yo tengo el mango de la sartén, manejo la lapicera y no tengo rivales enfrente”.
La historia recién ha comenzado. Habrá que esperar los próximos capítulos para saber adónde vamos.
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