Cabe recodar que en el mes de diciembre último, una delegación de CaProMa, encabezada por su presidente, Federico Otermin, asistió al despacho de la ministra de la Producción, Fernanda González, para plantear la situación que los afecta en el desplazamiento por las rutas provinciales. De aquel encuentro participaron también el ministro de Seguridad, Horacio Di Nápoli, jefes policiales y personal jerárquico de Vialidad.
En diálogo con La Reforma, Otermin reiteró que en aquel encuentro de trabajo los contratistas fueron “muy bien recibidos y atentamente escuchados” por las autoridades. Al cabo de la reunión, CaProMa se comprometió a precisar, por escrito, sus necesidades en materia de circulación vial, que adquieren mayor relieve aún en la actual época productiva.
El viernes 8 de febrero la cámara de contratistas se dirigió el ingeniero Rodrigo Cadenas, presidente de la DPV, e insistió en que “hay gran movilización de maquinarias y equipos agrícolas que requieren de ciertos cambios de reglamentaciones que pueden verse obsoletas”. Y un poco más adelante, puede leerse: “Tal cual lo conversado en la reunión, resulta imprescindible a nuestro parecer, evitar el uso de vehículo Autoguía delante de los equipos agrícolas que superen el ancho de 3,50 metros”.
Los prestadores de servicios agropecuarios afirman que el autoguía implica un riesgo adicional a la seguridad en las rutas. “El autoguía es un vehículo de menor porte, un auto o una camioneta, que va delante del tren agrícola, a una velocidad de entre 30 y 35 kilómetros por hora. Su función es la de indicar, durante la marcha, con luces y banderas, la presencia de los equipos con un ancho mayor a 3,50 metros en la ruta. Esa advertencia, obviamente, es efectiva para los autos, colectivos y camiones que van en sentido contrario. Pero el problema está, en la práctica, en una situación que entraña mucho peligro para quienes circulan en el mismo sentido del tren agrícola y se disponen a adelantarse a los equipos. Porque cuando terminar de pasar a las máquinas se encuentran con un vehículo de menor porte -el autoguía- que, precisamente por la diferencia de tamaño, no veían en el momento en que comenzaban la maniobra de sobrepaso”, explicó Otermin puntualmente.
Además del objetivo prioritario de evitar accidentes y salvar vidas, los contratistas hicieron notar -en la nota ya mencionada- los mayores costos que se originan por “la necesidad de movilizar un conductor y un vehículo más”, con el consecuente aumento de “amortizaciones, combustibles, permisos, operarios” entre otros ítems.
“También nos interesa - destacó el presidente de CaProMa durante la entrevista- que las autoridades hagan docencia en las rutas y distribuyan folletería referida a las condiciones de tránsito para todos los usuarios de las rutas, porque si bien a veces se habla del riesgo que representan las máquinas del agro, también hay riegos para los conductores de esas herramientas”, argumentó.
En otro momento de la entrevista, Otermin dijo que “lo ideal sería que pudiéramos contar con caminos secundarios en banquinas, que garanticen el tránsito de maquinarias, y así evitar la circulación por la cinta asfáltica con todo lo que ello implica”.
El directivo de CaProMa afirmó, en otro momento, que “la norma en vigencia ya tiene muchos años y algunas cosas van quedando obsoletas. Porque, por ejemplo, las máquinas agrícolas son cada vez más grandes, y salen así homologadas de fábrica. Pero luego esas dimensiones son cuestionadas por las diferencias que hay con la reglamentación, redactada cuando las fábricas producían máquinas mucho más chicas”.
Otros temas puestos a consideración de las autoridades se relacionan con la emisión del permiso de circulación con cobertura anual, y la necesidad de aumentar la señalización en algunos tramos de rutas “alertando sobre la presencia de maquinarias o trenes agrícolas en horas diurnas durante todo el año, y más aún en época propia de las labores estacionales”.
Por su parte, CaProMa se comprometió a ser “el nexo entre el ente provincial y los asociados de la Cámara con el fin de facilitar el otorgamiento de los permisos de circulación de maquinaria agrícola, utilizando sus sistemas online bajo los derechos y obligaciones existentes en la reglamentación vigente. Al igual que en la reunión, somos fervientes propulsores de hacer cumplir la ley, pero , al mismo tiempo, agradecemos que escuchen nuestros reclamos por las cuestiones mencionadas”.
Cuidar las rutas
Otermin se refirió también, durante el diálogo con el cronista, a una publicación efectuada el domingo último por Vialidad Provincial, relativa a los operativos que realiza el organismo para controlar las cargas y dimensiones de los vehículos de gran porte. “Nos parece muy bien que se controle el peso de camiones y otros vehículos, porque nosotros insistimos en la necesidad de cumplir con la ley en todos los aspectos. Pero nos interesa dejar en claro, sobre todo para la gente que no tiene conocimiento directo de la actividad productiva, que las formaciones agrícolas son de mucho menos peso que algunos camiones y otros equipos”.
Además -prosiguió- “el diseño de las máquinas agrícolas, con el ancho de sus ruedas, por ejemplo, determina una relación de peso por centímetro cuadrado que no causa deterioro a la cinta asfáltica. Y, por último, en contraste con algunas unidades de carga pesada que desarrollan altas velocidades, los equipos agrícolas circulan a tan baja velocidad que ni siquiera provocan fricción sobre el asfalto”, deslindó.
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