MIÉRCOLES 23 de Octubre de 2024
 
 
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En la recta final

Hoy avanzamos en los últimos días que restan para que se concrete el balotaje y de su resultado, sin más opciones por delante, la Argentina, tendrá su nuevo presidente.

Anoche, durante algo más de 60 minutos se enfrentaron en un debate pactado por ley, con normas reglamentarias establecidas por los representantes de ambos candidatos, donde se fijaron pautas para que el desarrollo tuviera un proceso normal y con las mismas oportunidades para ambos, en torno a las respuestas planteos, preguntas y repreguntas.

Esto tuvo un desarrollo que hoy servirá para que los analistas, especialistas en interpretaciones gestos y expresiones físicas, no verbales, politógos, busquen -si es que logran encontrar- si han existido diferencias y en qué medida podrían tener incidencia en los votantes el domingo 19 de noviembre en el balotaje.

Más allá de lo que puedan elaborar y conjeturar sobre lo acontecido, no serán otra cosa que impresiones personales, emergentes de sus formaciones profesionales, pero que ha quedado demostrado -hasta ahora- han estado muy alejadas de la realidad que siente la sociedad y en la forma en que resuelve sus elecciones.

Hemos recorrido un camino de campaña breve, pero con alternativas dispares, con cambios permanentes en los escenarios de ambos candidatos, donde se produjeron algunas variantes que sorprendieron y transformaciones que nadie, o muy pocos, han logrado entender.

El candidato de la LLA, Javier Milei, tuvo que ajustar su verdadero formato a las exigencias del acuerdo obtenido post-elecciones de octubre, con Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Difícil será hoy establecer si lo benefició o le generó pérdidas en su núcleo duro de votantes, que veían en el convicción y firmeza en sus propuestas, más allá que no se coincidiera con ellas por los efectos disruptivos.

Esas mutaciones de personaje irascible, de profunda incontinencia verbal, que pasó a ser condescendiente, moderado, de una aparente tranquilidad, ha llamado poderosamente la atención. Hubo un cambio, que no se observa normal, sino forzado por las circunstancias surgidas del acuerdo electoral.

En el ámbito del candidato de Unión por la Patria, tampoco han estado ausentes las luchas internas, pero han logrado, medianamente, tenerlas a puertas cerradas y solo han trascendido algunos roces, más para la tribuna que para tomarlos realmente en serio.

Las diferencias alrededor de los dos candidatos, son notorias. Mientras Javier Milei está asistido por asesores que guionan cada una de sus exposiciones, Sergio Massa es el que pergeña su campaña, cuyos temas los somete a consideración de su circulo más privado, pero él resuelve cómo llevarlas a cabo.

Sorteó con éxito las elecciones de octubre, suceso que podía -de perder- deteriorar su pretensión de ser candidateable a la presidencia. No melló sus intenciones el ser simultáneamente Ministro de Economía y ante las ausencias del Presidente de la Nación, resolviendo lo atinente a políticas de Estado.

Los intentos por producirle un desgaste fueron infructuosos y en algunos casos resultaron un bumerang, dado que mientras el candidato Sergio Massa respondía positivamente al pedido de que sacara ganancias a la mayoría de los asalariados y jubilados, los opositores que lo habían desafiado a que lo ejecutara ahora que era Ministro, entendían que se había excedido y comprometido un impuesto coparticipable. La “jugada” no tuvo resultados positivos para el sector opositor.

Ahora, ambos enfrentan los últimos siete días hasta el proceso eleccionario, al margen de que mañana procuraremos dar una opinión, totalmente prescindente de las dos facciones, de lo que fue para nosotros el debate, los posibles yerros a cometer y si incidirán en el voto de los indecisos.

Hoy ya se habla de ajustar estrategias, y ya se menciona que el entorno y asesores de Javier Milei procurarán alejarlo de la exposición pública, intentando que el sector adicionado -Mauricio Macri y Patricia Bullrich- se mantengan alejados de la contienda. Todo sea para evitar quebrantos.

Desde el sector de Sergio Massa, se mantendrán con el programa estipulado, sin estridencias, con anuncios y reiterando las normas que regirán su propuesta de gobierno, si llegan a la presidencia.

Nada nuevo. Las sorpresas podrán estar presentes. Todo dependerá del porcentaje de asistencia a cumplir con el voto, el vuelco de los blancos, la aparición de los indecisos; en síntesis, esperar que se abra la “caja de Pandora”. 
 

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