Nada podía hacer suponer que, con las diferentes manifestaciones que se conocieron en torno al ‘explosivo’ convenio al que arribaron Milei y algunos de su mesa chica, con Macri, Bullrich y dos o tres más de su entorno, se pondría fin a la disputa y todos juntos, hermanados en la desesperación y el espanto de perder, enfrentaban el 19 de noviembre.
El accionar de Mauricio Macri y Javier Milei, resulta lo más cuestionable, ante quienes, a regañadientes, aceptaron darle apoyo a lo gestado. Recién ahora han comenzado a tener alguna referencia sobre lo ‘acordado’, que no fue simplemente un acuerdo electoral.
Resultaba difícil creer que, el ‘Ángel exterminador’ como lo denomina el escritor y politólogo Jorge Asis, no hubiera construido un plan para co-gobernar, con el derrotado Javier Milei, quién acosado por sus profundas contradicciones y las reformulaciones de su mesa chica, mostraba un profundo ‘colapso’ de ideas que estaban confundiendo a su propio electorado.
El acuerdo comenzó a trascender y con simultaneidad se sintieron los ‘remezones’ de los cuadros que rodean al libertario que se sumaron, consustanciados con sus ideas, y comenzaron una dura batalla para convencer a lo que le faltaba del electorado, para ganar y ser presidente.
Los enunciados del fundador de la LLA, en muchos aspectos, eran reprobados por una gran parte de la dirigencia política, cuestionados por conocidos y prestigiosos economistas, además de educadores, científicos, empresarios, quienes veían las dificultades que planteaba poder concretar aquello que, el controvertido dirigente, pretendía llevar a cabo.
La esencia de lo conciliado con Macri, ha debilitado notoriamente el escenario del profundo cambio. Especialmente cuando se han comenzado a conocer algunos pormenores de lo que se convino; entre otras cosas cuales fueron los condicionamientos a los que fue sometido Milei y que, acuciado por la necesidad de sumar votos, aceptó.
Macri ya había determinado apoyar a Milei y le estaba armando el gabinete, según expresó La Política Online. El libertario acorralado por las circunstancias aceptó, pero procuró que estos datos, que ya se filtraron, no provocaran un cortocircuito entre su gente.
Intento morigerar los hechos y pidió que el apoyo no se reflejara en fotos porque eso le detonaría aún más el discurso “anti casta”. En un castellano que todo el mundo entienda: “Cerraban el acuerdo de la mentira”.
Según, siempre por lo que adelanto el sitio la Política Online, Javier Milei, habría cedido a todo lo requerido pero pidió “que lo ayudaran a ganar primero y recién después se hable de armonizar la gobernabilidad. Es decir, que no se ventilara el reparto de ministerios hasta después del ballotage porque eso le traería problemas en su propia tropa”.
Sin poder establecer la veracidad de todo lo que ha trascendido y que ha recogido el medio colega, era de suponer que nadie acuerda sin beneficios, arriesgando a perder, como el caso de Mauricio Macri, la hegemonía de una coalición que se sintió defraudada por lo arreglado a sus espaldas.
Pero ahora el ‘incendio’ esta del lado del libertario. Varios de los ya anunciados para cubrir determinados cargos en su futuro gabinete, han manifestado que, de darse esta situación, ya vox populi no acompañarían a Milei.
Todo lo que pudo armar, basado en sus pensamientos mesiánicos disruptivos, eliminar a la ‘casta política’, imponer el condicionamiento para un nuevo país dolarizado, sin Banco Central, sin Conicet, arancelado la educación y la salud, entre otros anuncios rimbombantes, se había comenzado a desmoronar en razón de lo pactado.
El razonamiento de Jorge Asis se convierte en una verdad irrefutable: “Macri, se ha convertido en el ‘Ángel exterminador’, quiere volver a tener el poder que, indudablemente, se le ha negado y cuya negación perdura por sus fracasos”. Para lograrlo no evita borrar y frustrar a quienes lo ayudaron a conseguir el poder cuando ejerció la presidencia del país.
Además acota el escritor y periodista: “Esta asustado -el mismo lo ha mencionado- que si gana Massa, sus causas serán recuperadas a nivel Judicial y puede ir preso. Esto, mencionó, me obligaría a irme del país”.
Cada vez más metidos en el zanjón. ¿Lo realizado solo tiene un objetivo personal o lo animaba reconstruir el poder perdido?. Ambos constituyen acciones de un egoísmo enfermizo, que pone de manifiesto que para alcanzar ‘impunidad’ son capaces de cualquier acción, incluida la de traicionar a su propia tropa.
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