MIÉRCOLES 05 de Febrero de 2025
 
 
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La inmortalidad y la libertad tienen un precio

Dos aspectos, los que señalamos en la cabeza de esta entrega, que a los argentinos nos cuesta demasiado entender. Por un lado la inmortalidad a la que se refiere el presidente y por el otro al costo de la libertad que menciona su hermana “El jefe” Karina Milei.

Cuando el libertario responde a una pregunta periodística si tiene miedo a que lo maten y responde: “No temo. Si me mataran... Si me mataran, me harían inmortal. Me convertiría en un héroe aún más grande. Dudo que sean tan estúpidos”. Creemos que no lo son -estúpidos- y menos que pretendan inmortalizarlo, ni convertirlo en héroe.

Estamos llegando a ciertos niveles de “autovaloración” superlativo. De ninguna manera creemos que esté en el pensamiento de nadie, salvo de los enfermizos ideologizados personajes que, lamentablemente, hoy abundan en el mundo, que mezclan creencias con fanatismos cuasi religiosos, y aquí no debe olvidarse que el presidente argentino comulgó ante el mundo como pro-israelita y en esa cruzada arremetió políticamente contra las naciones que hoy confrontan con el sionismo. Y eso es un riesgo real.

Realmente el primer mandatario argentino está transitando por uno de los escalones más elevados de los megalómanos, quienes actúan con delirios de grandeza, se sienten superiores a los demás, con unas capacidades y unas cualidades de liderazgo por encima de la media.

Esta idea de sí mismos los lleva a comportarse de forma autoritaria, exigente con los demás, que a menudo se convierten en blancos de su desprecio y generan la denostación y el agravio constante como un arma que vulnera al destinatario de los mismos.

Ha sido mentor de profundos cambios sociales en la Argentina, es un suceso que ya no se discute. Podrás o no coincidir con los efectos que han producido, pero que los hizo, es un hecho irrefutable.

Que van a ser duraderos, no lo puede asegurar nadie. Se alzan las voces a favor y en contra, pero la realidad será un suceso incontrastable que nos pondrá frente a un futuro que -aún- no está claro cómo se materializará.

Pero enumeremos: pasamos de “Las fuerzas del cielo” que influían sobre el destino de la ciudadanía, a “Soy el mejor presidente de la historia”. Se caracterizó por entenderse un “Mesías” y, entre otras grandiosidades, se siente el elegido como uno de los “líderes del liberalismo en el mundo”. Ahora habla de tener un sesgo de inmortalidad y la construcción de un héroe.

Ahora ante el cúmulo de virtudes acumuladas en un solo personaje, nacido de la farándula, donde encontró la vía para convertirse en un “apolítico” que transformará la Argentina en uno de los mejores países de América. Sigue volando alto en la consideración personal y de alguna manera se siente inmortal en la consideración de la sociedad y por qué no suponer que del mundo.

En este escenario aparece como una pieza fundamental su hermana, según las contemplaciones del entorno, quien realmente tiene el poder, atento a la obediencia ciega que el presidente siente hacia la persona que él ha nominado como “El Jefe” y a quien señaló como la “hacedora” que los argentinos deberán agradecer.

Ella ha tenido conceptos herméticos en relación a las formas que la ciudadanía debe aceptar la plena libertad y aceptando los costos que ésta demandará hasta que constituya un suceso normal de convivencia nacional.

En ese marco difícil y conflictivo nos estamos moviendo en esta última etapa del año 2024. Un período que no ha resultado fácil, por el contrario plagado de roces, quebrantos, sosteniendo indicadores que por un lado marcaban exitosas gestiones gubernamentales, como la macro-economía, y por el otro sin poder estabilizar la micro-economía, donde los indicadores de pobreza, indigencia y desigualdad, son espacios que cada vez se agrandan más.

A este fenómeno las medidas de la “motosierra”, que desde su cetro de “inmortalidad” fija el presidente, ayudado por la gestión del proyecto de Federico Sturzenegger el hacedor de la regulación y transformación del Estado, las estrategias “rasputinianas” del asesor estrella Santiago Caputo secundado por el ejército de trolls que están “carpeteando” en redes sociales, programas streaming mediante, a quienes osen manifestarse en desacuerdo; son medios que Javier Milei sigue usando en procura de alcanzar la transformación Argentina.

Los resultados, aún es prematuro aventurar el diagnóstico. Que habrá daños sociales y empresario-comerciales, es una evidencia. Esto señala que hablar de futuro hoy, es una utopía.

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