Él la denomina “motosierra”, en definitiva podría llamarse de cualquier manera que refleje las acciones que el presidente libertario toma o hace tomar, contra aquellos que se interponen en su camino, que no piensan como él o se atreven a enfrentársele.

Se los dijo con absoluta claridad a diplomáticos profesionales: “El que no abrace las ideas de la libertad se va”.

No hizo diferencia ni estimó que no es fácil y mucho menos accesible para cualquier ciudadano -ciudadana ocupar el cargo de diplomático- embajador, ámbito que requiere de una formación especial, atento a que su desempeño tiene mucho que ver con las relaciones internacionales.

Tarea nada fácil, si observamos los resultados que se han obtenido con los improvisados.

Esa actitud disruptiva generó la expresión del expresidente Mauricio Macri al referirse a la personalidad del libertario: “La gente sabe que votó a alguien con una psicología especial, votó un mandato destructivo, de confrontación”.

El gran interrogante:¿Que es una psicología especial?. Según las definiciones que dan encuadre a estas personas dicen que: “Son personas que te escuchan sin prestar atención a nada, se olvidan del mundo que los rodea, tienen su propio mundo”... Flaco favor le hizo el presidente del PRO al presidente Milei al definirlo de esta manera.

Expresiones que vertió en el marco de su disertación en la Bolsa de Comercio de Córdoba, en la que señaló varios aspectos que hacen a la personalidad de Javier Milei.

Además de señalar aquello que rodea a las negociaciones y o acuerdos a los que esta arribando tras las entrevistas con el asesor estrella Santiago Caputo enviado por Milei para establecer vínculos de apoyo de los dirigidos por el presidente del PRO, procuraron mostrar las cualidades de ese personaje disruptivo, agresivo, denostador, que el presidente argentino.

No obstante existir en puente entre Milei-Macri, no hay nadie que pueda asegurar que entre ellos no habrá “trampitas políticas”. Ambos -ya es inocultable- pretenden alcanzar el máximo poder, situación que a todas luces resulta un imposible.

De haber, sería uno de ellos, en caso que las contingencias electorales les fueran favorables, aunque resta aún, mucho tiempo para que se produzcan.

Hay una realidad que hasta ahora se venía negando o por lo menos se procuraba disimular. La Libertad Avanza, es solo un nombre sin proyección ni gran poder. Todo lo que son esta resumido en un nombre: Javier Milei, derramando parte de su impronta en Karina Milei y su asesor estrella Santiago Caputo con quienes conforma el denominado “triángulo de hierro”, lugar donde esta concentrado el poder y las decisiones más trascendentes del gobierno.

No cabe ninguna duda que están jugando fuerte, con inteligencia, muchas sutilezas y ambos, tanto Milei como Macri, saben que se necesitan si pretenden conformar el gran gobierno.

Este andamiaje que en algunos momentos se pensó que podría estar estructurado con la incorporación de los opositores “boina blanca”, lentamente desaparece en razón de los profundos desacuerdos que colocan en veredas diferentes a quienes dicen sustentar el mismo sentido ideológico a partir de la génesis del radicalismo de Irigoyen.

Se están autodestuyendo y su gente ha comenzado a migrar a los sectores que les brinden cobijo y mantenerse en lugares del privilegio político, cargos o legislativos.

En el amplio escenario de la política nacional se están produciendo profundas transformaciones, ante la ausencia de nombres a quienes la ciudadanía o parte de ella los mire como opciones a futuro.

El peronismo disperso, no encuentra su piso. Hoy todos quieren ser “caciques” y la realidad demuestra que son indios, más grandes, más viejos, pero comunes y sin respaldo.

El desgaste producido por el efecto destructivo que implemento el presidente libertario Javier Milei, le está dando óptimos resultados. La jugada de subir a un escenario de disputa a quien fuera presidente primero, vice presidenta después y hoy pretenciosamente titular del PJ Nacional, Cristina Fernández de Kirchner, no deja de ser una acción estratégicamente inteligente, que ha llevado al kirchnerismo -disfrazado de un pseudo peronismo- a un plano de confrontación que puede configurar, de continuar, en la disgregación partidaria.

Si bien en política la subestimación del posible oponente es un grueso error, hoy parece ser el camino elegido por Milei, buscando que la destrucción sea autoprovocada.

Les mostró la “zanahoria”, les hizo poner el carro delante de los caballos y espera los resultados.

En esta situación solo tendrá valor la realidad. Los relatos han perdido consistencia superados por las ambiciones personales.

Se esta estableciendo un nuevo recorrido de la política nacional. Es Milei contra todos.

¿Podrá lograrlo?.