MIÉRCOLES 15 de Enero de 2025
 
 
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Los cantos de sirena...

A medida que se van desarrollando los primeros movimientos de la campaña electoral, con miras a las elecciones generales de Octubre, van apareciendo los desfasajes que esta soportando la sociedad argentina desde hace varias décadas.

Es evidente que, como en todo desarrollo político, hay buenas y malas situaciones, muchas de las cuales son producto de factores exógenos y otras efecto de alternativas endógenas que friccionan contra la voluntad de que las cosas tengan otro resultado.

Para muchos, ya sea en el terreno de los que evalúan las decisiones que se toman en el terreno gubernamental o en el análisis de quienes deciden y muestran una notable incapacidad para hacerlo, se arriba a una conclusión clara y precisa: se ha mantenido por muchos años una continuidad de fracasos que no admitió el recambio generacional y el aporte de nuevas ideas y eso ha conspirado -sin lugar a dudas- alcanzar objetivos positivos para toda la ciudadanía.

En estos momentos, la mayoría de los sectores -por no excedernos y decir todos- están sujetos a un profundo quebranto en lo social, económico, financiero, productivo, educativo, del sistema de salud, que -para superarlos- resultará una tarea ciclópea y alcanzar ritmo de recuperación y salvataje, un cambio que debe generar la integración de un renovado país.

Se toman, desde el ámbito gubernamental, fundamentalmente desde economía, medidas que resultarían positivas si estuvieran acompañadas de una planificación que les brinde respaldo y las convierta en verdaderas políticas de Estado.

Por el contrario, se observa que son medidas coyunturales que sirven a un objetivo claro mostrar acciones positivas con vistas a ganar peso en un electorado, que no hace más de treinta días les dijo “Así no queremos seguir”.

El oportunismo que se visualiza en todos los sectores, debería ser preocupante, atento que, los “remiendos” son circunstanciales en este caso y aportan una solución a muy corto plazo.
Recordando esa expresión que se ha utilizado para aclarar contingencias diversas, cabría decir: “Es la forma de hacer política, estúpido...”. 

Y a partir de esa frase que se extendió tras ser el caballito de batalla de la campaña de Bill Clinton en los Estados Unidos “Es la economía, estúpido”, se van aclarando y colocando en su justo lugar todas estas acciones, de uno y otro sector, que solo apuntan a ganar votos.

El tema que inquieta es, que no es la primera vez que los argentinos nos sentimos atrapados por los “cantos de sirena” y cual leyenda de marinos, nos tiramos desde el gran barco -que sería la Argentina- en busca de esa música “celestial” que nos transporte a un mejor país. 

Un mito que tiene aplicación en toda esta andanada de soluciones que hoy se le vuelcan a la comunidad, procurando convencerla que ellos, no interesa el color que tengan, tienen la solución a todos los problemas que nos aquejan.

Es extremadamente difícil tener certezas ante las dispares ofertas que se vuelcan al electorado; todas tendientes a convencer a los y las votantes. La gran pregunta que una parte de la sociedad se realiza es: ¿Por qué si sabían cómo buscarle soluciones a las problemáticas existentes, no lo hicieron cuando fueron y o son responsables del gobierno?

De este interrogante queda exceptuado el fundador de Libertad Avanza, Javier Milei, que es el último descubrimiento de la política nacional. Pero es evidente que la ciudadanía está buscando quién puede aplicar políticas de Estado que comiencen a revertir el proceso negativo por el cual atraviesa el país en su conjunto.

En razón de ello es que, en un cuestionario que se realiza en Google, millones de argentinos realizan diferentes consultas sobre los candidatos, resultando muy alto el porcentaje de preguntas que se realiza sobre Milei, por sobre el resto de los sectores con mayores posibilidades de llegar a ser uno de los ubicados para dirimir en un ballotage, si es que se produce esta instancia. 

Esta circunstancia permite evaluar que los sectores jóvenes, primeros votantes y el target de los de 40 a los 50, quieren saber si todo lo que se dice, promete y asegura, es posible descubrirlo al conocer más a los personajes.

Mientras esto sucede y asistimos a los cruces que sobre un escenario político incierto realizan los candidatos de la “trilogía”, el país cruje, en parte se desintegra, bajo los efectos de indicadores que señalan que cada vez estamos peor.
 

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