Los reacomodamientos ya comenzaron y con ello el inicio de la segunda parte del gobierno de Javier Milei, tal vez el más conflictivo que deba enfrentar, en razón no solo de las reformulaciones de normas y leyes existentes, sino en la convulsión interna que sacude a La Libertad Avanza.
Se van a materializar las palabras del presidente: “entramos en un proceso de análisis de todos los funcionarios del staff gubernamental”. Esto involucraba desde los ministros para abajo a todos aquellos funcionarios que estaban desempeñandose en lugares claves y que hoy, merced a la instrumentación de la Ley Bases, junto al desarrollo integral del DNU, aún vigente y las libres decisiones emergentes de las Facultades Delegadas, están en la “lupa” del “trío” que manda: Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo.
Otro de los aspectos que deberá contemplar el presidente es acondicionar las relaciones con parte de quienes hasta ahora han sido colaboradores incondicionales y que hoy muestran disconformidad y recelo ante las actitudes libertarias de ninguneo y desconocimiento del poder que ellos, los opositores dialoguistas, les han dado en el terreno legislativo y sin los cuales hubiera resultado imposible obtener la Ley Bases, e inclusive dieron el envión para que Milei se encumbrara como el presidente argentino.
La fiesta se terminó con la firma del Pacto de Mayo y el desfile de Milei, que tras cinco años pudo disfrutar una parte de la sociedad, los que se reencontraron con sus símbolos patrios, formalizaron el reconocimiento a las fuerzas armadas, incluyendo, merecidamente, en este homenaje a los “Héroes de Malvinas”.
El día después, ya nos encontramos con “La desregulación aerocomercial, que se publicó en el Boletín Oficial, medida que se entiende es crucial dada la configuración geográfica de Argentina y su densidad poblacional”.
Entre otros anuncios que procuraron mostrar las buenas relaciones Caputo-Sturzenegger, el nuevo Ministro expresó que: “El mercado aéreo comercial es el mecanismo de transporte que va a tener que usar Argentina en sus distancias de mediana y larga”.
Este anuncio, que no debería sorprender, en tanto ha sido objeto de definiciones presidenciales en varias oportunidades, abre un frente conflictivo para quienes pretenden darle continuidad a Aerolíneas Argentinas como empresa de bandera, y mantener sus privilegios, situación que comenzaría a diluirse con esta primera apertura.
La limpieza de los funcionarios que no funcionan se cobró otra víctima, la número 51 en seis meses y medio de mandato mileista. El Gobierno echó al secretario de Agricultura Fernando Vilella.
Según fuentes oficiales, desde la Casa Rosada le pidieron la renuncia al funcionario. Su lugar va a ser ocupado por el subsecretario de la misma dependencia, Sergio Iraeta.
Todo hace pensar que no será el último, dado el plan regulador que comenzará a instrumentar Federico Sturzenegger, en el cual se trabaja en la reducción del Estado, no solo en secretarías y direcciones que hagan al funcionamiento interno ministerial, sino de reparticiones que se entiende no cumplen su cometido, que sí podría hacerse en forma privada.
Por caso, ya se conoció el cierre de 136 Registros del Automotor de diferentes partes del país como una primera acción, anunciándose que es el primer recorte, dado que la planificación plantea uno por provincia. En razón de estas medidas se frenaron las aperturas de 12 que estaban en carpeta.
Con relación al personal, ya se han puesto en funcionamiento los retiros, las suspensiones y los despidos. Es el principio de una enorme regulación, que, sin lugar a dudas, generará innumerables disputas, atento a que el sector privado no está en condiciones de absorber la mano de obra que queda desempleada.
Pero Javier Milei, el presidente libertario, no es el único problema que debe afrontar. El país requiere de medidas y normativas tendientes a facilitar la generación de divisas y hoy, esa posibilidad está muy cuestionada, inclusive por el Fondo Monetario Internacional, que ha sugerido diversas acciones tendientes a lograr un equilibrio interno-externo.
Todo indica que para alcanzar la transformación ideada por Sturzenegger, mentor de Javier Milei, el proceso disruptivo es un suceso inevitable.
Los saldos negativos que puedan surgir no se puede saber si son tenidos en cuenta o están dentro de los “daños colaterales”. La realidad indica que avanzar y concretar los planes pergeñados conllevan a más desocupación, más pobreza e indigencia y la ausencia de un futuro, por lo menos, que se perciba en lo inmediato.
Hoy por hoy, más allá de las sonrisas, los encuentros en donde todo parece encarrilarse coordinamente, la pelea Caputo-Sturzenegger puede ser el gran detonante del alejamiento de uno de los dos. El alineamiento de Sturzenegger con el FMI pone en jaque la neocovertibilidad de Caputo.
Según estudiosos de las recetas neoliberales, hay varias bibliotecas y todas difieren en sus procedimientos. Ninguna duda existe que la experiencia del fracaso Caputo-Sturzenegger en la etapa del gobierno de Mauricio Macri, apunta a repetirse.
Según expresiones de varios economistas, que difieren con los procedimientos de ambos funcionarios: “el enfrentamiento es político y programático, cada uno tiene su propio camino y es diametralmente opuesto al que propone el otro”. Y aseguran: “Esto no puede terminar bien”...
De esta manera recorremos el nuevo camino de un liberalismo con anarcocapitalismo, ideologías sustentadas por el libertario presidente argentino Javier Milei, que -por ahora- sigue disfrutando de las mieles de la buena imagen, aunque según sus más allegados prepara sus “cañones” en caso que cristalice la guerra de egos y poderes en Economía.
Problemas, conflictos, movimientos sociales y laborales, pareciera ser el escenario que se avecina.
Y esto no es saludable para un país quebrantado, más allá de las esperanzas que se mantengan.
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