Son varias las interpretaciones que pueden desprenderse de la expresión que señala que la figura del líder libertario-anarcocapitalista Javier Milei ha comenzado a tener sombras amenazadoras de su ambición de poder a futuro.
Naturalmente, según quien las evalúe podrían ser varias, siendo la más potente la formación política que lentamente construye sus bases en el país sindicando, a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien se ha caracterizado por su bajo perfil, pero la contundencia de sus expresiones han marcado claramente dónde está parada. Y no es precisamente en el sector de La Libertad Avanza.
Comparte un ámbito político que formó y preside Karina Milei, pero que tiene su verdadera génesis en el presidente, Javier Milei. El hecho de estar en línea con la política liberal, no la convierte en un miembro más, dado que su identificación político-partidaria está asentada en el Partido Demócrata Argentino, del que fuera su presidenta hasta que compartió fórmula con el libertario de Milei.
A diferencia del presidente, la nueva vicepresidenta argentina no construyó su carrera en los círculos libertarios, sino en organizaciones ligadas a los militares que reivindican a las “otras víctimas” de la década de 1970 y niegan los crímenes de lesa humanidad.
Hoy, cuando han transcurrido más de 10 meses de gobierno mileiano y tras haber trascendido que los lazos de confiabilidad partidaria entre el “triángulo del poder” que integran Javier Milei, Karina Milei y el asesor estrella Santiago Caputo, han mantenido diferencias sustanciales en sus manejos en el marco de los tratamientos políticos y las relaciones con otros sectores de la política nacional, cada vez se acentúan más e infieren que Victoria Villarruel tiene claras aspiraciones de acceder a la disputa futura del “Sillón de Rivadavia”.
En ese marco de discrepancias que han sido disimuladas de diferentes maneras, surgió en estos días algunos aspectos de los temas tratados con el Papa Francisco, con quien dialogó por espacio de una hora, durante cuyo tiempo hubo frases que resultan indicadoras de la tendencia que hubo en el fondo.
Solo en el recibimiento, el Papa Francisco al saludarla, responde a una inquietud de la vicepresidente respondiendo: “Yo vivo, ¿Ud. sobrevive?”. Lo mensajes subliminales fueron categóricos y a nadie escapa que el Sumo Pontífice tiene informaciones de primera mano sobre los aconteceres políticos argentinos.
Una columna que se presume muy firme con solidez ideológica y una marcada prudencia en su accionar, son virtudes que caracterizan a la vicepresidenta.
Buen manejo de los tiempos políticos. Marcando posiciones cuando no comparte el accionar del presidente libertario, pero manteniendo el respeto y la consideración de ser la segunda en el mando político del país.
Es una clara construcción que puede resultar el marco opositor con el cual debería enfrentarse La Libertad Avanza en el futuro no muy lejano.
Hay otras manifestaciones en el plano de la política, algunas sin chance alguna, en razón de ser rechazadas por parte de la ciudadanía y hasta ahora mantener los mismos índices que sellaron su destino el pasado 10 de diciembre.
De todas formas entre esas “sombras” aparecen figuras que hoy no tienen nombre propio, pero que han entendido que para tener chances de competir deben ofrecer algo diferente.
Un cambio sustentado en otro marco ideológico al liberalismo, buscando consensuar todo el espectro y sobre ese escenario contemplar a toda la sociedad. En ese andarivel transitan varios gobernadores, que saben de gestión y perciben los errores que se cometen.
Una escuela de aprendizaje que podría dar lugar a un nombre con formación y apetencias políticas de llegar al máximo cargo de la Nación.
El “triángulo del poder” lo sabe y elabora diferentes estrategias para no permitir que esas posibles organizaciones políticas con nombres nuevos alcancen a tener injerencia en el pensamiento de la ciudadanía.
No obstante, todas las prevenciones se chocan con el desbordante personalismo del presidente, que entiende que es el “mejor presidente de la historia”, “que es un líder del liberalismo a nivel mundial”, entre otros signos de un egocentrismo que pueden jugarle en contra.
Hoy no existen dudas, en ninguno de los círculos que analizan la política nacional, gran parte de la sociedad tiene objeciones, pero no encuentra el factótum que lo incline a dejar de ser el “creyente” de Milei.
El juego se sigue librando y pareciera que es Milei contra el mundo o parte de él. Los frentes de conflicto abiertos son a gusto y paladar del presidente, pero hay que recordar que tiene límites y eso estará dado por acometer, sin reparar en daños, contra el tejido social en todos sus ámbitos.
El poder tanto se adquiere como se esfuma, cuando, quien lo hizo posible, se retira y procura otras soluciones.
Javier Milei está alimentando las “sombras” que hoy merodean sin materializarse. El tiempo corre y, ¿las elecciones de medio término en 2025 serán la prueba de la conformación del mapa político nacional?
¿Chi lo sa?...
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