JUEVES 26 de Diciembre de 2024
 
 
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Todos se equivocan, ¿Milei no?

Es un buen interrogante que, por ahora, no tiene demasiadas explicaciones que permitan apreciar quiénes son los que están -con sus actitudes- llevando al país a un choque fenomenal.

La reciente conocida evaluación-encuesta, que realizara La Universidad de San Andrés (Udesa) encargada de mensurar la opinión pública, al jefe de Gabinete Nicolás Posse; a los ministros Luis Caputo (Economía), Diana Mondino (Relaciones Exteriores), Guillermo Francos (Interior), Sandra Pettovello (Capital Humano), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Patricia Bullrich (Seguridad), Guillermo Ferraro (Infraestructura) y Mario Russo (Salud); a los secretarios Karina Milei y Manuel Adorni; y al asesor económico Federico Sturzenegger, no arroja datos orientadores, con un margen de error de entre +,-. 3,5 por ciento, que marca una negatividad generalizada.

Naturalmente que no es otra cosa que una encuesta, que hasta ahora no han sido todo lo acertado que se puede pedir, especialmente si tenemos en cuenta que la población se muestra remisa a decir lo que realmente piensa.

Pero debe hacernos pensar que el hombre que se siente protegido por “Las fuerzas del cielo”, no es el dueño de la verdad, sino intérprete de aquello que para él es su “verdad”, que en definitiva no es otra cosa que un posición antojadiza que le impide aceptar que este equivocado.

En el esquema ministerial, que resulta un “rejuntado” de aquello que pudo lograr cuando, llegado al máximo poder, respaldado por el casi el 56 por ciento de los votantes, se percató que estaba solo, junto a su mentora, Karina Milei, a la que llama “El Jefe” y un ignoto Santiago Caputo, que solo tiene el pergamino de ser uno de los hombres pertenecientes a la escuela del ecuatoriano consultor Jaime Durán Barba; entró el apuro por nombrar gente.

Es allí cuando apareció Federico Adolfo Sturzenegger, economista y académico argentino que se desempeñó como presidente del Banco Central de la República Argentina entre 2015 y 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, de cuya actuación no se guardan buenos recuerdos.

Y la completa con Luis Caputo, ocupando el área económica, con un historial que tiene más frustraciones que éxitos, salvo los personales. Naturalmente que hubo otros nombres y aún hoy a casi dos meses de gobierno, se siguen cambiando piezas, cuando los elegidos no responden sumisamente a los mandatos del “elegido”.

Que en definitiva no es ni bueno ni malo, solo cuestionable, al manifestarse como el “único”. Los demás son prescindibles, a excepción de “El Jefe”.

Pretender poner en juego toda la Argentina, para reformularla íntegramente, se supone -por lo menos - una actitud que merece ser analizada por los mejores que puedan integrar un grupo interdisciplinario y verificar si realmente quien dice dialogar con su perro muerto, que denomina a sus cuatro canes clonados “mis hijitos”, está en condiciones para gobernar un país, que reconozcamos no es fácil.

Su amor canino realmente no es preocupante, sino fuera que devienen actitudes personales, que suenan raras, difíciles de comprender. Se lo ve dotado de un “histrionismo” especial cuando alguien le pide una selfie. La gran pregunta es: ¿Realmente se siente un león?

Si así fuera, él considera a la Argentina una gran selva donde es el rey, donde prima el más fuerte y de esa forma actúa. Nada nos parece coherente, entendible y dados los años que tenemos de vivir peleando por la libertad individual, haciendo valer nuestros derechos ante la opresión de una dictadura militar y un ala guerrillera que nos costó miles de muertos y muchos desaparecidos, nos hace pensar que el precio pagado fue demasiado alto.Y que ha llegado el momento de razonar con claridad.

Tropezar con la misma piedra sería una clara señal que no aprendimos nada. Por eso la pregunta que hicimos en el principio de esta entrega: Todos se equivocan, ¿Javier Milei no?, es la que debiéramos estar realizándonos, y ver la forma de no volver a frustrarnos.
 

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