MIÉRCOLES 15 de Enero de 2025
 
 
Compartir
Twittear
 

Una “guerra” sin cuartel...

En esto se ha convertido el internismo político en todos los ámbitos del país. Siempre existieron las diferencias que, en procura de alcanzar poder, no reparan en armar estrategias con el fin de anular a posibles opositores.

En algún momento eran negociaciones que intentaban vulnerar las fuerzas de quienes -en algún tiempo- enrolados en las mismas líneas políticas buscaban debilitarlos o agotar sus posibilidades de confrontación.

Hoy se mezclan las viejas técnicas que operan los políticos tradicionales, cuyos años los han colocado fuera de la contienda pero siguen siendo referentes de peso, y los que debutaron con la técnica agresiva, impiadosa, en donde todo vale, que vino a imponer como metodología el presidente actual, libertario-anarcocapitalista, Javier Milei, convertido en un manejo diario.

Sus peleas son realmente “descarnadas”, por momentos crueles, podríamos decir despiadadas, dando así por cierto que para los enemigos no hay piedad ni consideración alguna.

Un presidente que no se priva de insultar, denostar, expresarse con un exceso de vulgaridad que, realmente, llama la atención, dado que se debería entender que la buena educación, el respeto, deben ser actitudes que nacen desde arriba y deben constituir un ejemplo para el resto de la ciudadanía. Por otra parte, deslucen la investidura presidencial.

Y dejamos en claro que no es que asusten determinados términos ni expresiones, aunque rocen la grosería y el maltrato, sino que es un condimento de violencia contagiosa que pone en riesgo la convivencia de la sociedad.

En el escenario del oficialismo la confrontación está llegando a niveles desestabilizantes. El enfrentamiento que aumenta entre Javier Milei y su compañera de fórmula Victoria Villaruel ya se ha tornado en una tormenta que amenaza la estabilidad del Poder Ejecutivo.

Siempre se conoció, o por lo menos dejaron trascender, que si bien profesan un mismo sesgo ideológico, la ausencia de coincidencias en determinadas acciones revela posicionamientos muy diferentes; especialmente cuando quien pone las coordenadas es “El Jefe”, Karina Milei, quien sin lugar a dudas hoy goza de mayor poder dentro del Estado gobernante.

Las desprolijidades que surgen de ignorar los cargos que ambos detentan, especialmente cuando se trata de la concurrencia a los actos oficiales, señalan, claramente, que los “puentes” están rotos y será muy difícil recomponerlos.

El suceso de que Karina Milei dejara a Victoria Villarruel fuera del acto oficial por la entrega de despachos y sables a generales, brigadieres y almirantes, encabezado por el presidente Javier Milei en el Ministerio de Defensa, resaltó de manera demasiado evidente y pone en riesgo la estabilidad institucional del país.

Vale recordar la fractura que provocó la salida de “Chacho” Álvarez de la vice presidencia del país, condenando a un final poco feliz al entonces presidente de los argentinos Fernando de la Rúa.

La presencia de la Vice no solo se justificaba por su identificación con el área castrense, sino también porque los ascensos se aprueban o rechazan en el Senado, donde ella es la máxima autoridad al desempeñarse como la presidenta de la Cámara Alta.

Según trascendidos de ámbitos de la Casa Rosada y fuentes parlamentarias, esta determinación de Karina Milei surgió tras conocerse que la compañera de fórmula participó de una cena con empresarios en el Council of Americas y se mostró con Susan Segal y el embajador estadounidense, Marc Stanley.

Hay un viejo refrán, que no por ser utilizado desde hace muchos años pierde vigencia: “Los trapos sucios se lavan dentro de casa”. Una metáfora que indica que si las peleas se materializan a la vista de todos, se muestran debilidades que, en política, siempre son material utilizable para beneficio de otros objetivos.

Pero estas situaciones, que siempre existieron pero normalmente se ocultaban a la generalidad de la ciudadanía, no son las únicas. En el medio de una dispersión del poder interno, en especial del “círculo rojo”, aparece la figura de Mauricio Macri, quien en hábil jugada se coloca en posición de ser un elegido por el presidente Javier Milei, en procura de la concertación de un poder territorial que hoy La Libertad Avanza lo tiene acotado y depende del PRO, para lograr determinados fines.

La realidad indica que el “mundo Milei trastabilla”. Los cuestionamientos internos están eclosionando en economía, donde los resultados son discutibles. En cancillería, lugar donde Diana Mondino apuntada por sus desinteligencias con Karina Milei, no logra fraguar poder. Y el más reciente, el distanciamiento de “El Jefe” del asesor estrella Santiago Caputo a quién hace responsable de acaparar más poder que el confiado por Milei.

En síntesis: todo hace presagiar que los próximos días no serán apacibles, por el contrario, podrían producirse novedades de importancia en el seno del gobierno. 

Pero estas maniobras desestabilizantes, también se están dando en el interior del país. Son varios los Estados provinciales que mantienen una sorda pelea por el manejo del poder, dentro y fuera de lo que infiere la acción gubernamental.

Vale la pena recordar los versos del Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”.
 

Escriba su comentario

Tu email no sera publicado.