Una gran parte de la sociedad que está interesada en conocer aspectos importantes de la realidad política nacional, se encuentra perdida buscando qué camino sería el indicado para saber que lo manifestado no forma parte de una estrategia para llegar.
Todos hablan mal del otro. Los buenos de ayer son los perversos del presente y los disruptivos de hace unos días, han pasado a ser los moderados que prometen que son los únicos dueños del cambio.
Un objetivo claro, contundente, que nadie puede discutir es que, en una Argentina con innumerables quebrantos, sólo es factible de recuperarla si se apela a profundizar un cambio estructural que abarque todos los sectores, es decir consensuando.
En razón de ello es que escuchar a los pedazos sueltos que quedaron de Juntos por el Cambio se pone de manifiesto una serie de incongruencias en lo político que marca las considerables diferencias, que existían en su integración frentista.
La coalición, cuya conformación colectiva contaba a el PRO, UCR, Coalición Cívica, un sector del peronismo identificado con los principios que convinieron y otras líneas menores, reunidas tras .Cambiemos. primero y finalmente en Juntos por el Cambio, ambas creaciones de Mauricio Macri, hoy están -más allá que pretendan vender otra cosa-, enfrentados y con decisiones antagónicas con miras al balotaje del 19 de noviembre.
Resulta extremadamente difícil encontrar coincidencias programáticas entre la postura de Bullrich-Petri, con las sustentadas por la fórmula de la LLA: Javier Milei - Victoria Villarruel.
En la noche del jueves, en un programa televisivo de América 24, Javier Milei encendió las alarmas a muchos de sus más estrechos colaboradores, dadas las situaciones que fueron generándose y mostraban un personaje político “colapsado”, superado por las difíciles contingencias que hoy enfrenta, dado que mucho de lo que sustentó en su campaña del “gran cambio” aparece hoy como un programa sin ningún sustento real.
“Con Patricia teníamos ganas de vernos para disculparnos”, fue una de las tantas raras definiciones que pretendían justificar el acercamiento producido en la casa de Mauricio Macri, donde se configuró un “acuerdo”, inusitado si los hay, porque si es verdad lo que manifiestan, es un apoyo moral, sin compromisos de por medio.
Resulta extraño e inexplicable. Para disculparse por los exabruptos que se entrecruzaron en la campaña no hacía falta romper la coalición, bastaba que café por medio ambos protagonistas de esta historia se reunieran y tendieran un puente de paz y concordia.
Pero así lo pensó Mauricio Macri, que nuevamente ocupó el centro de la escena y con mayor protagonismo se muestra con enorme afinidad al libertario y sus principios del cambio que debe operar en Argentina.
Muchos heridos, enojados, que se sienten subestimados por el “Angel Exterminador” -como lo define el escritor y politólogo Jorge Asís, al expresidente Mauricio Macri-, quien viene logrando sus objetivos de recuperar y centralizar el poder partidario,destruyendo lo que el mismo construyó.
En el otro sector hay cautela, prudencia, siguen una rutina que indica, por ahora, que muevan sus piezas basándose en la gestión y en enunciar futuros programas de acción, fundamentalmente con las provincias.
Las críticas parecen no llegarles, marcando claramente una estrategia de poner de relieve qué piensan y cómo elaborarán planes para alcanzar a recuperar el país en lo social, económico, financiero, productivo, educativo, en el plano de la salud y el científico.
Eso está planteando un escenario en donde cuando uno no quiere dos no pelean. Lo intentos provocativos están a la orden del día, pero -hasta el momento- sin resultados positivos.
Dos sectores que se enfrentarán en noviembre, donde en uno hay una lucha encarnizada por los lugares de poder, por evitar quedar rezagados y constituirse nuevamente en meros acompañantes.
En el otro -más allá que existen remezones- no trascienden o no los dejan y eso facilita, en el armado, una coherencia que traslada el poder por un solo andarivel, el de Sergio Massa, lo otro -por ahora- acompaña.
Los días venideros, es de suponer, servirán para ir clarificando y colocando cada pieza del tablero en su lugar, dado que de persistir hasta el final las disidencias y confrontaciones, el resultado será todo una sorpresa.
Es de deducir que en el transcurso de la semana próxima se resolverá el pedido de la Cámara Electoral de trasladar el feriado del 20, suceso que se presupone no se concretará, pese a la advertencia que el feriado largo, podría afectar el número de votantes.
Todas son incógnitas que se irán clarificando de acá al 19 de noviembre. Sin lugar a dudas el remate del balotaje tiene parámetros muy similares a los que se desarrollaron en las PASO y en las generales de octubre.
Pero reiteramos: el dueño de la verdad es la ciudadanía, que hablará con su voto el día elegido, todo lo demás son conjeturas.
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